La muerte en una prisión de Guayaquil de seis presos colombianos, acusados de la muerte en agosto del candidato presidencial Fernando Villavicencio, a las que se sumó luego un séptimo fallecido, un ecuatoriano, ha agravado la crisis política y de seguridad en el país. Fuentes carcelarias indicaron que los reos aparecieron ahorcados.

El presidente derechista Guillermo Lasso, en viaje privado a Nueva York y a quien se esperaba en Corea del Sur para una visita oficial, regresó a Ecuador, donde convocó una reunión de altos funcionarios de seguridad. «Sin complicidad, sin ocultamiento. Aquí se sabrá la verdad», afirmó.

Villavicencio fue tiroteado por un comando de sicarios tras un mitin de campaña en Quito el 9 de agosto, once días antes de la primera vuelta de las elecciones.

Los seis colombianos fueron detenidos el día del atentado y otro murió por los disparos de los guardaespaldas de la víctima. En total, durante la investigación fueron arrestadas diez personas.

La muerte de estos imputados ocurre pocos días después de que el Gobierno de Estados Unidos ofreciese una recompensa de cinco millones de dólares a quien ofreciese información sobre el autor intelectual del atentado, y el mismo día que el ministro ecuatoriano del Interior, Juan Zapata, habló de la posibilidad de hacer público el informe del caso elaborado por la Policía. La prisión Guayas 1, que alberga a unos 6.800 reclusos, es una de las cinco cárceles del inmenso complejo penitenciario de Guayaquil, donde más de 430 reclusos han muerto desde 2021. Tras una masacre que dejó decenas de muertos, Lasso decretó en julio el estado de emergencia en las prisiones, que permite el despliegue del Ejército en ellas.

Los fallecidos estaban en el pabellón 7 de la Penitenciaría que, según medios locales, está controlado por el grupo Los Águilas, una de varias bandas criminales ecuatorianas vinculadas a los cárteles de la droga colombianos o mexicanos.

ELECCIONES

La muerte de los siete presos se produce pocos días antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales entre Luisa González, cercana al expresidente Rafael Correa, y Daniel Noboa, un candidato de derecha. González denunció «una estrategia de terror que se intenta imponer a los ciudadanos». «¿Cómo podemos permitir que se fortalezca la violencia que mantiene al país en el terror y la incertidumbre?», indicó, por su parte, Noboa. Para la segunda vuelta del 15 de octubre las encuestas muestran a los dos candidatos empatados.