Un conocido semanario polaco muy cercano al Gobierno publicaba ayer un editorial en el que calificaba la visita del presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, a Rumanía como «un intento de buscar nuevos amigos a los que luego traicionar» y criticaba que ese viaje no se haya hecho a Varsovia, como muestra de apoyo al Ejecutivo polaco a pocos días de las elecciones.

Cuando estalló la guerra de Ucrania, Polonia se puso a la vanguardia en el apoyo a Kiev, la acogida de millones de refugiados en los hogares polacos y en los llamamientos a una mayor implicación de los aliados en la defensa contra Rusia.

Año y medio después, el mismo Gobierno del cristiano rigorista PiS tilda de «desagradecidos, exigentes y malos amigos» a los ucranianos, amenaza con suspender las ayudas al millón de refugiados, anuncia que no se le donará más armamento al Ejército ucraniano y subraya que una futura adhesión de Ucrania a la Unión Europea debería cumplir con severas exigencias polacas.

El radical giro en las relaciones bilaterales resultó más sorprendente en cuanto que ninguno de los desencuentros en los últimos meses, ni siquiera el del misil disparado por Ucrania y que mató accidentalmente a dos granjeros en territorio polaco -algo de lo que Kiev nunca se responsabilizó-, hizo prever un cambio tan drástico.

El PiS se escudó en las palabras de Volodímir Zelenski de hace unas semanas ante la Asamblea General de la ONU, en las que acusó a Polonia de hacer un doble juego y presentarse, por un lado, como aliada de Kiev y, por otro lado, perjudicar a Ucrania al vetar la importación de sus cereales.

De esta manera, el PiS complacía las exigencias del sector agrario, del que dependen dos millones de personas y que constituye uno de sus principales graneros de votos.

Es una estrategia enmarcada en la coyuntura electoral: el domingo se celebran elecciones generales en Polonia y el PiS ve peligrar su mayoría absoluta por el auge de formaciones como la panpolaca y ultra Confederación, que defiende el fin de todas las ayudas a Ucrania y de la «ucranización» de Polonia por la llegada masiva de refugiados.

Al adoptar una postura cercana a estos postulados, el PiS ha visto cómo mejoraban sus perspectivas en las encuestas.

Cuando la excusa esgrimida por Varsovia para vetar la importación de cereales de Ucrania es una verdad relativa, pues, dado que los cereales ucranianos pueden circular libremente por el resto de la UE se puede dar el caso de que Polonia termine comprando ese producto dentro del mercado común europeo.

Del mismo modo, el llamativo anuncio del fin de las donaciones de armamento militar polaco a Kiev se debe, en gran parte, a que, después de entregar casi 400 tanques, varios aviones y unos 3.000 millones de euros, Polonia simplemente no tiene capacidad para deshacerse de más.

EEUU enviará cazas F-16 a Kiev

EEUU se unirá a Dinamarca y Países Bajos para preparar a pilotos ucranianos y entregar a Ucrania aviones de combate F-16, anunció el secretario de Defensa, Lloyd Austin. «Me enorgullece anunciar que EEUU ayudará a liderar la coalición de países que trabajan con Ucrania para desarrollar su fuerza aérea…

Mientras tanto, tropas rusas intentan cercar la ciudad de Avdivka, una de las zonas más fortificadas del frente oriental de Donetsk, táctica que, según analistas occidentales, busca evitar el envío de más tropas ucranianas a la región suroriental de Zaporiyia, uno de los puntos más calientes de la contraofensiva de Kiev.

El Estado Mayor ucraniano aseguró haber abatido durante la pasada jornada a 820 soldados enemigos, un avión de combate ruso Su-25 y varios sistemas de defensa aérea, 34 tanques, más de 90 blindados y 18 sistemas de artillería.

El frente de guerra sigue sin cambios desde hace semanas.GARA