Raimundo FITERO
DE REOJO

La verdad enferma

Un sabio consideró que no es buen asunto confundir la verdad con la opinión de una mayoría. Quizás nos sirva mejor para pasar este pantanoso estado mundial lo de considerar que la verdad es la verdad la diga Agamenón o su porquero, porque lo que está enferma y en estado casi irreversible es la verdad, sea eso lo que creamos cada cual que es.

Allí dónde miremos, sea el desfile de la cabra, sea la vida parlamentaria española y los encuentros de representantes políticos con el fin de formar un nuevo gobierno y las actuaciones de los piquetes de la vergüenza que encabezan Ayuso y Borja Mari, lo único que detectamos es un ambiente de crispación a base de bulos alentado, fomentado y probablemente subvencionado desde la extrema derecha bicéfala con muchos consentimientos de los poderes fácticos. La determinación de Sánchez empieza a ser estudiada como modélica.

Si esa mirada se dirige a Ucrania, Rusia, Gaza o Israel, lo más difícil es entender qué está pasando de verdad y siempre nos queda esa última pastilla retórica de la conspiración, porque parece existir una suerte de coreografía mediática y política que baila a ritmo de marchas militares que nos impide de manera conspicua entender algo de la realidad, intentar ver con ojos de seres humanos afectados por la guerra sus resultados, sus terroríficas venganzas y políticas de exterminio. Que USA se pasee por la zona amenazando como cómplice protector de Israel o que Macron prohíba manifestaciones a favor de los palestinos es un síntoma de una enfermedad gravísima que se puede contagiar.