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Biden abraza la versión israelí sobre la matanza del hospital Al Ahli

Joe Biden abrazó a su llegada a Israel tanto a Benjamin Netanyahu como a su versión sobre la masacre de la víspera en el hospital de Al Ahli, en Gaza, que el Gobierno israelí atribuye a la Yihad Islámica, lo que permitió al presidente de EEUU renovar su apoyo a Israel. Las autoridades palestinas recordaron que el Ejército israelí ya había bombardeado y amenazado al hospital.

Mujeres palestinas identifican los cuerpos de algunos de los muertos en el ataque al hospital Al Ahli.
Mujeres palestinas identifican los cuerpos de algunos de los muertos en el ataque al hospital Al Ahli. (AFP)

El presidente estadounidense, Joe Biden, se preparaba en Washington para tomar el avión que le llevaría a Israel y Jordania cuando un misil reventó el hospital Al Ahli en Gaza, provocando cientos de muertos entre los palestinos que se refugiaban en él.

La masacre hizo que Jordania suspendiera la reunión prevista con Biden en la que también debían participar la Autoridad Palestina y Egipto.

De forma que al presidente estadounidense solo le quedó en la agenda su nueva muestra de apoyo a Israel, pero esta vez con el brete de hacerlo en medio de la conmoción mundial por una matanza sin precedentes y de la ira en el mundo árabe y musulmán.

Cuando llegó a Tel Aviv, Biden se abrazó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y a su versión de lo ocurrido, que culpa de la masacre a un cohete lanzado por la Yihad Islámica.

«Según lo que he visto, parece que esto fue llevado a cabo por el bando contrario», dijo Biden, que afirmó estar «profundamente entristecido y consternado».

Según explicó más tarde fueron datos del Departamento de Defensa de su país los que le convencieron de que las fuerzas israelíes no estuvieron detrás de la explosión.

Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU, apuntó a «imágenes aéreas, comunicaciones interceptadas e información de acceso libre» para sostener esta versión.

No obstante, Biden advirtió a Netanyahu de que no cometa los mismos errores que la Administración Bush tras los atentados del 11-S. «Aunque sientan esa rabia, no se dejen consumir por ella. Después del 11 de septiembre, estábamos enfurecidos en EEUU. Mientras buscábamos justicia y la obtuvimos, también cometimos errores», indicó.

Netanyahu le agradeció el «apoyo inequívoco» y que le proporcione «las herramientas para defenderse».

Hamas consideró que ello «confirma que el Gobierno estadounidense está ciegamente sesgado a favor de la ocupación y es un cómplice directo».

Después de que cuentas oficiales israelíes difundieran un vídeo falso sobre el ataque para atribuirlo a Hamas, que luego borraron de las redes sociales, Israel lo atribuyó a un cohete fallido de la Yihad Islámica y dijo contar con «pruebas». Para ello, su Ejército remarcó que no hubo una masacre, que el edificio no está destruido, que no ha sufrido daños graves y que solo hubo una explosión de menor envergadura en el aparcamiento.

Pero las más de 3.500 víctimas mortales, los precedentes de ataques a hospitales y escuelas, las amenazas para evacuar centros sanitarios y toda la zona norte de la Franja o la promesa de tratar a los gazatíes como a animales restaban credibilidad a su relato.

AMENAZA Y BOMBARDEO PREVIO

De hecho, el Ministerio de Salud de Gaza informó de que el Ejército de Israel ya atacó hace cuatro días las instalaciones del hospital Al Ahli y que advirtió de que sería bombardeado de nuevo,

El Ministerio confirmó que el número de víctimas el martes llegó a 471 muertos y 28 heridos que aún se encuentran en estado crítico.

Como en el resto de hospitales de la Franja, miles de personas se habían refugiado en las instalaciones de este centro de la iglesia anglicana esperando no ser objetivo de las bombas israelíes.

Según la Yihad Islámica, fue una bomba lanzada desde un avión del Ejército israelí la que provocó la tragedia.

«Estábamos operando en el hospital, hubo una fuerte explosión y el techo cayó sobre el quirófano. Fue una masacre», testificó el doctor Ghassan Abu Sittah, de Médicos Sin Fronteras. Los facultativos dieron las primeras informaciones entre cuerpos envueltos en plásticos vehículos carbonizados y escombros esparcidos por el suelo.

La Autoridad Palestina consideró indiscutible la autoría israelí del ataque, un acto «cruel y criminal» realizado de forma deliberada porque Israel ya había bombardeado deliberadamente el hospital en días anteriores advirtiendo de que solo era un aviso.

MÁS BOMBARDEOS

Pese a la conmoción internacional, Israel siguió bombardeando a los civiles en Gaza. La Media Luna Roja denunció la caída de misiles cerca del hospital Al Quds. Y 30 personas murieron en los ataques aéreos contra una mezquita en el campo de refugiados de Al Nuseirat y otras diez en ataques a viviendas en Deir al-Balah.

También en Cisjordania el Ejército israelí mató a dos adolescentes de 15 y 17 años, y ya son 64 los muertos en el territorio desde el inicio de la guerra.

Por su parte, el Gobierno de Rusia emplazó al Ejecutivo de Netanyahu y a su Ejército a presentar las pruebas que sustentan su versión. También instó a EEUU a facilitar imágenes de satélite que puedan identificar al responsable de lo que calificó como un «crimen y un acto inhumano».

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que fue de las primeras en cuestionar la autoría de Israel, ayer afirmó que los responsables deben rendir cuentas por las «espeluznantes y angustiosas» escenas. A la vez, defendió su iniciativa de viajar a Israel para solidarizarse tras el ataque palestino del 7 de octubre asegurando que «solo si se reconoce el dolor y derecho a defenderse del Estado israelí se puede pedir ahora respeto al derecho internacional en su respuesta».

En Asia, las reacciones fueron desde la tajante condena del primer ministro interino de Pakistán, Anwaar ul Haq Kakar, que culpó a Israel de la matanza, o del Gobierno de Indonesia, a la conmoción de Pekín, que llamó a un alto el fuego pero no mencionó responsables, al igual que el primer ministro indio, Narendra Modi, que lamentó la «trágica pérdida de vidas».



EEUU veta pedir pausas humanitarias

EEUU vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía declarar pausas humanitarias a los combates en Gaza y condenaba los ataques a los civiles de todas las partes. De los 15 Estados miembros, 12 votaron a favor de este texto, dos se abstuvieron -Gran Bretaña y Rusia- y solo tuvo el voto en contra de Washington a pesar de que incluso se evitó el llamamiento a un alto el fuego y criticar a Israel para ganar su apoyo. La resolución también habría denunciado los «atroces ataques terroristas» de Hamas. EEUU justificó su veto porque «no menciona el derecho de Israel a defenderse». El texto pedía que «todas las partes cumplan plenamente con las obligaciones del derecho internacional». EEUU, Estado francés y Gran Bretaña ya vetaron el lunes otro texto que pedía un alto el fuego inmediato.GARA



Día de ira en el mundo árabe

El ataque al hospital Al Ahli provocó múltiples condenas y manifestaciones furiosas desde la noche del martes en El Cairo, Teherán, Ammán, Estambul, Beirut y Túnez, donde la protesta se dirigió a la embajada francesa. Ayer de nuevo miles de personas expresaron su indignación en todo el mundo árabe, también en Bagdad, Damasco o Trípoli. Frente a la embajada de Israel en Ammán, unas 10.000 personas exigieron la expulsión de la misión diplomática israelí a pesar de que las fuerzas de seguridad bloquearon las carreteras, demostrando la ira en Jordania, un país que acoge a un gran número de refugiados palestinos y que advirtió de que considerará como «una declaración de guerra» cualquier intento por parte de Israel de expulsar a los palestinos de Cisjordania, desplazamiento forzoso que también rechaza Egipto, país fronterizo con la Franja de Gaza. En Bahrein, que también normalizó sus relaciones con Israel en 2020, activistas se reunieron frente a la embajada de Israel en Manama, un barrio acordonado por la Policía, pidiendo que su país rompiera sus vínculos con Israel. En Líbano, cientos de personas participaron en una manifestación convocada por Hizbulah, que a la vez lanzó seis ataques contra el norte de Israel, la mayoría de ellos con misiles o cohetes, y que el Ejército israelí respondió con bombardeos.

Fuera del mundo árabe, en la manifestación de Teherán, el presidente de Irán, Ebrahim Raisí, afirmó que a Israel le espera una «dura venganza a manos de los países musulmanes». GARA