El bautismo de Surne Bilbao Basket en la FIBA Eurocup parecía una oda a los Cuatro Jinetes del Apocalipsis: la blandura, la falta de tensión, el acierto rival y el despropósito propio.

Y sin embargo, el cuadro bilbaino rescató la victoria de la mano de Sacha Killeya-Jones y Alex Renfroe. Además, hizo falta un final en el que la firmeza desde la línea de tiros libres, la eliminación de Amir Bell, el atolondramiento del Anwil Wloclawek y de los propios árbitros, y un triplazo de Adam Smith para que voltearan el marcador cuando lo más probable parecía llevarse una derrota con todas las de la ley.

No pudo comenzar peor Bilbao Basket su periplo continental. El vigente campeón de la FIBA Eurocup le dio la bienvenida con un parcial de 17-2 en poco menos de cinco minutos, superando a los hombres de negro de cabo a rabo en intensidad y acierto, al tiempo que Jaume Ponsarnau prefería que sus jugadores tomasen temperatura por su propia cuenta, hasta que le fue imposible.

Afortunadamente, el tiempo muerto le vino de perlas al cuadro bilbaino, que merced a ese parón y a los cambios replicó con un parcial de 0-9, descubriendo a sus dos puntales para ayer: Alex Renfroe y Sacha Killeya-Jones.

EL QUE RESISTE, VENCE

Tras hacer la goma toda la primera mitad, Bilbao Basket caía por 49-38 al descanso. Y no pudo reaccionar hasta verse 56-44 por detrás.

Pero un parcial de 0-14 lo metió en el duelo. Un partido cada vez más nervioso e incierto, pero con dominio local por 79-76 a 18 segundos. Killeya-Jones clavó sus tiros libres, el cuadro local perdió el balón y los nervios y Adam Smith acabó por rescatar el triunfo.