Nerea GOTI
MANIFESTACIÓN CONTRA LA AMPLIACIÓN DEL MUSEO EN URDAIBAI

El rechazo al guggenheim llena las calles de Gernika

Una multitudinaria movilización reclamó ayer en Gernika que se deseche la ampliación del Museo Guggenheim en la Reserva de la Biosfera, una marcha con mucho ruido y apoyo ciudadano más allá de Busturialdea. Preocupa el impacto en espacios sensibles y cabrean inversiones millonarias sin diagnóstico ni voz para la ciudadanía.

Sobre estas líneas, varios jóvenes mostrando gráficamente su oposición al proyecto. Al lado, la Plaza de los Fueros, abarrotada, en el momento de la lectura del comunicado que cerró la marcha.
Sobre estas líneas, varios jóvenes mostrando gráficamente su oposición al proyecto. Al lado, la Plaza de los Fueros, abarrotada, en el momento de la lectura del comunicado que cerró la marcha. (Gorka RUBIO | FOKU)

En Gernika Lumo se vieron ayer todo tipo de artilugios para hacer ruido, en una marcha que dejó la primera fotografía del rechazo ciudadano a la ampliación del Museo Guggenheim en Urdaibai, una imagen de una gran manifestación con respuesta ciudadana más allá de Busturialdea.

La movilización partió de Pasealeku y recorrió las principales calles del centro de la localidad entre gritos de «Urdaibai ez dago salgai». La propia plataforma convocante, Guggenheim Urdaibai Stop, resaltó en el comunicado que cerró la movilización la idea de que «no todo es dinero», en referencia a la apuesta por poner el paisaje a expensas una vez más del modelo de desarrollo turístico sin reflexión, diagnóstico de las necesidades de la zona, ni consulta previa a la ciudadanía.

Movimiento ecologista y colectivos socioculturales de la zona respaldaron la marcha, que contó con el apoyo de reconocidos rostros del panorama cultural. Se sumaron también representaciones de EH Bildu y Elkarrekin Podemos, formación a la que la plataforma reprochó que apoye aquí la causa contra la ampliación del Guggenheim mientras a nivel estatal, al frente del Ministerio de Transición Ecológica, ha dado su respaldo a la actuación con una partida de 40 millones de euros.

«Ha quedado claro que quieren emplear el dinero público, el dinero de todos y de todas, para materializar las ocurrencias de unos cuantos y llenar los bolsillos de unos pocos», resaltaron ante la multitud reunida en la Plaza de los Fueros. Desde allí, la expresen- tadora de ETB Ana Urrutia y el bertsolari Aitor Zarraga esbozaron en ese mensaje final que «con las leyes en la mano es absolutamente inadmisible que se proponga este proyecto que se ha hecho público solo por partes».

UN PLAN EN SIETE PARTES

Fuentes de la plataforma explicaron a GARA, a este respecto, que el proyecto, que contempla la construcción de sendos edificios, uno en Gernika, en los terrenos de la antigua fábrica de cubiertos Dalia, y el segundo en Astilleros Murueta, unidos por una vía verde, se está tramitando dividido en siete partes, no de froma integral. La plataforma ha presentado alegaciones contra cada una de ellas, indicaron.

La dinámica ciudadana insistió en la necesidad de la puesta en marcha de un proceso particiativo, subrayó que «antes de nada, las administraciones deben proteger las marismas, en lugar de atiborrarlas de gente». Y es que las previsiones publicadas hablan de unos 140.000 visitantes al año, una cifra que ha encendido todas las alarmas en una comarca que conoce bien los esfuerzos realizados en la protección del entorno natural y los efectos del turismo.

El recurso al modelo de explotación turística hace pensar, además, en un crecimiento con empleos precarios, que disparará el ya alto precio de la vivienda en la zona, que afectará a la movilidad, «a nuestra lengua y a nuestra cultura». Señalaron, asimismo, que «los creadores e impulsores de este plan admiten que este macroproyecto que nos quieren imponer responde a una necesidad privada y no se ajusta a las leyes, normativas y reglamentos que amparan la Reserva ni a una gobernanza deseable para transitar hacia la sostenibilidad».

Desde Gernika, la movilización ciudadana elevó ayer el volumen de la protesta y dio voz a la demanda de «un futuro justo y amable que ponga en el centro la vida de las personas y la naturaleza».