Jone GOIRIZELAIA, Sabin ARANA, Txemi GOROSTIZA e Ibon CABO
En representación del colectivo de socios y socias Athletic Indartuz
KOLABORAZIOA

El Athletic y el pie invisible

En próximas fechas la asamblea de compromisarios del Athletic se reúne para dar luz verde a las cuentas anuales, a los presupuestos, así como a reglamentos y cambios de ordenación vitales para su desarrollo como club. Desde una perspectiva subjetiva, parece que la economía se ha impuesto como pensamiento único y se ha convertido en un pie invisible que ejerce de freno al impulso de nuevos sueños y anhelos de la longeva afición rojiblanca.

A pesar de los anuncios de renovaciones que tendremos en los días próximos a la celebración de la asamblea, la política comunicativa y de redes, no parece coincidir con los hechos económicos. Esto no significa que no compartamos la visión del equilibrio o de la diversificación de ingresos, sino que entendemos, sin agresividad, que la protección de nuestra identidad debe estar en todos los ámbitos de trabajo del club, incluido el económico-financiero.

En ocasiones puede parecer que en el fútbol todo es dinero, se trata de una cuestión discutible, pero desde nuestra perspectiva, los valores son anteriores a él. Los cambios en la forma de presentación y rendimiento de cuentas y su consecuente plasmación gráfica, no hacen más que acentuar esta visión.

Transparencia y contratos por objetivos parece que son elementos que tienden a desvanecerse ante la acuciante necesidad de mejorar el fair play financiero. Desde aquí tampoco queremos poner en duda nada, pero si nos gustaría reforzar determinados elementos que en el pasado reciente fueron muy mediáticos para conocer más sobre su implementación actual. Asimismo, no nos parece de recibo renunciar desde ya al intento de realizar nuevos fichajes deportivos.

Además, socios y socias, la masa social, esa parte alícuota e indisoluble de nuestro club que cuya pertenencia a la entidad vale lo mismo seamos quien seamos. En este sentido, los reglamentos fueron un elemento de consenso que pretendían desarrollar y proteger derechos. Cuando la realidad es que acogen como verdad mesiánica algunas de las prácticas instauradas y ponen en duda que la aportación de la junta haya sido dirigir este proceso en el sentido por el que nos dotamos en su momento de unos nuevos estatutos. Especialmente cuidadosos hay que ser con los derechos y deberes fundamentales como la libertad de asociación o la de expresión. Por ello, creemos que la junta directiva debería reflexionar.

Lezama como espacio abierto, no como lugar de acceso restringido a las personas, la conciliación del equipo femenino con las actuales demandas de cambio social, la grada de animación como elemento de motor social de la juventud y del sentimiento Athletic (no molestia, sino como aportación positiva), la relación con las peñas, la accesibilidad a San Mames de las personas socias y otras muchas cuestiones que están levantando controversia, deberían ser tratadas con mimo en un ejercicio de mejora de la comunicación interna entre el club y sus protagonistas.

Sin olvidarnos que la Fundación debe ser un lugar de encuentro para toda la masa social, desde Tutera a Balmaseda, desde Gibraltar a Gijón o desde Palestina a Argentina. Los referentes ni se crean ni se destruyen, se transforman con los años sin olvidar sus orígenes. Saquemos de encima ese pie invisible y miremos más allá. No podemos ser un club más. Somos el Athletic Club.