El primer año de mandato ha pasado factura a la directiva de Jon Uriarte. En la primera Asamblea su proyecto salió reforzado y obtuvo un respaldo de más del 70% en la mayoría de votaciones. Sin embargo, el apoyo ha disminuido de forma evidente en el segundo cónclave rojiblanco y ha tenido que escuchar voces críticas.

De los 801 asistentes en la primera votación, 349 compromisarios apoyaron su gestión, 252 votaron en su contra, 30 en blanco y 170 se abstuvieron. Dicho de otra manera, un 55% de los compromisarios aprobaron su gestión y casi el 40% la rechazó.

El balance económico del ejercicio anterior también salió adelante con una gran abstención en las votaciones. La asistencia fue de 807 compromisarios y tan solo votaron 547. A favor de las cuentas se posicionaron 389 socios, 140 en contra y 18 en blanco. Al cierre de esta edición no se había realizado la votación sobre el presupuesto.

Como novedad, el director general Jon Berasategi acompañaba al presidente en el estrado y explicó cómo aplican el plan AC Aurrera que impulsaron a principios de año. Un gesto con el que trataron de demostrar que la directiva y los trabajadores del club van de la mano. Por su parte, Uriarte resaltaba que conseguir la estabilidad económica del club es un medio para obtener resultados deportivos, retener el talento, mejorar la cantera e invertir en el equipo femenino. El objetivo sería que el Athletic sea el principal referente para futbolistas de Euskal Herria.

En cuanto al primer equipo, Uriarte afirmaba que el único jugador que no han podido renovar ha sido Iñigo Martínez. No dijo nada sobre las negociaciones con Nico Williams. En respuesta a las críticas que reciben al denominarles como la Junta del Big Data, defendió también la aplicación del análisis de datos en todas las tomas de decisiones del club. El presidente concluyó su intervención subrayando que tienen «un plan» y que saben a dónde quieren llegar. «Somos optimistas», decía para admitir seguido que «nos queda mucho camino por recorrer».

La Junta tuvo que escuchar críticas por un compromisario que aseguraba sentirse decepcionado tras haberles votado. Mencionó como ejemplos el fichaje de Herrera y el descenso del Bilbao Athletic. También recibió quejas por parte de peñistas por querer cobrar una cuota. Garazi Soldevilla, una de las aficionadas que impulsó la creación de la grada popular y que forma parte de Iñigo Cabacas Herri Harmaila, protestó por los altos precios de los abonos a los jóvenes.