Le cuesta decir si está concentrada, nerviosa o contenta, con Ipurua a punto de acoger su primer partido «grande» de la temporada. Llega el Real Madrid (18.30), donde tiene buenas amigas -compartió vestuario en A Coruña con Misa, Tere y Athenea-, y María Miralles cree que es uno de esos partidos que «te hacen decir ‘oye, que estamos en Primera, que somos de la categoría de las campeonas del mundo...’». Después de pensárselo otra vez, se describe definitivamente como «emocionada».

Pena que no puedan afrontar el choque en mejor situación. Cuatro puntos en seis jornadas... ¿Es lo que esperaban?

No sé, en las primeras jornadas tampoco sabes cómo van a estar los rivales. No creo que esté mal porque además los hemos conseguido contra rivales directos. Y además contra el Villarreal la sensación fue muy buena, fue el primer punto en Ipurua, que es algo que nos quita presión, y que además nos permitió irnos al parón fuera del descenso.

¿Y las sensaciones cómo están siendo? ¿Se corresponden con los puntos?

Creo que bastante equilibrado. Contra los rivales directos fueron muy buenas, y contra los equipos que van a estar más arriba luchando, no tanto.

También hay que entender que con el ascenso hemos dado un salto muy grande. Por mucho que estén creciendo las otras categorías, el nivel es brutal, es una de las mejores Ligas del mundo. Y se nota, sobre todo en la velocidad a la que van las cabezas, la gente sabe qué va a hacer antes de recibir el balón.

Empezar bien y hacerse fuerte en casa ayudan mucho en la adaptación. No se ha podido cumplir ninguno de los dos. ¿Está pesando mucho?

Ojalá nos hubiese ido mejor, pero me parece normal lo que nos está pasando; también está sufriendo el Granada, que subió con nosotras. Son las primeras jornadas, el calendario ha sido un poco raro... Hace falta tiempo para asentarse.

¿Está el equipo preparado para asumir lo que eso conlleva? El año pasado vivieron con la presión de no fallar porque solo el primer puesto daba el ascenso directo. Ahora, no nos vamos a engañar, es probable que se muevan en esos últimos puestos toda la temporada. Y esa presión es más difícil de sobrellevar.

Lo principal es no mirar la clasificación [ríe]. Ahora en serio, son solo seis jornadas y hasta la 15ª o 16ª, que ya nos habremos enfrentado todos, no se va a ver realmente cómo va a estar la cosa. Es cierto que somos candidatas a estar abajo, pero en Eibar estamos acostumbrados a sufrir y nos gustan los retos, exigirnos... Yo confío en que nos vaya bien.

Solo llevan un punto de doce en Ipurua.

Ipurua impone. Es muy grande, por desgracia no lo pisamos mucho para entrenar y quieras que no, eso también se nota. Sabemos que tenemos que ir haciéndonos fuertes en casa, pero yo creo que estamos en ese camino, estamos yendo de menos a más y vamos a seguir mejorando.

¿En qué tienen que insistir para potenciar esa mejoría?

Reforzarnos en defensa, que es nuestro punto fuerte y quizá nos está faltando gol y llegar al área con más gente. Me gusta que estamos empezando a ser un Eibar un poco más combinativo, tocando más el balón... Y nos veo bien en ese estilo diferente al habitual.

Preguntarle por cómo se encuentra en lo personal es pura redundancia. No hay partido en el que no firme dos o tres paradones.

Estoy teniendo la oportunidad de jugar y estoy intentando ayudar al equipo, que al final es de lo que se trata. Noto la continuidad y cada vez tengo más confianza. Y además ha sido mi debut en Primera y la sensación es brutal. Creo que, un poco como todas, al principio me notaba con pies de plomo pero luego ya te sueltas.

El año pasado no jugó hasta la lesión de Noelia. Respondió bien, pero ¿esperaba ser titular ahora, más aún habiendo tres porteras en la plantilla?

El año pasado fue muy difícil para mí, no lo pasé bien. El míster siempre me decía ‘tienes que estar ahí por si acaso’. Duele asumir ese rol, pero por el equipo lo hice y al final me tocó entrar en la jornada 23 y lo intenté hacer de la mejor manera posible. En verano vino Amaia, Noelia ya estaba bien, yo me operé del tobillo y era un escenario que no pintaba bien para mí. Pero hice bien la pretemporada y de momento aquí estoy. Aunque nunca se sabe cuándo va a ser el último, yo siempre estoy nerviosa cuando va a dar el once.

¿Con qué virtudes cree que ha convencido a Yerai Martín de que merece la titularidad?

Lo único diferencial puede ser el juego de pies, pero es que voy con ventaja porque he sido mediocentro hasta los 17 años. A partir de ahí... Una es mejor en juego aéreo, otra con los pies, la otra es buenísima en el uno contra uno... Yo creo que según lo exija cada partido va a optar por una u otra. Ahora da la casualidad de que soy yo y quiero aprovecharlo y disfrutarlo, pero mañana puede ser otra.

La que juegue este partido tiene el trabajo asegurado.

Es que a estos equipos casi no sabes ni cómo jugarles porque tienen recursos para todo. Espero que podamos mostrarnos tan sólidas defensivamente como el año pasado y defender el área como si fuera nuestra casa, pero nuestra casa de verdad.