GARA
AMAN
INFIERNO EN GAZA

Jordania y Egipto piden un alto el fuego, que Blinken sigue rechazando

El secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, quien compareció ayer en Jordania junto al ministro de Asuntos Exteriores de este país y al de Egipto, insistió en el «derecho a defenderse» de Israel y rechazó un alto el fuego porque ello, dijo, permitiría a Hamas «reagruparse y repetir» los atentados del 7 de octubre. Tanto Jordania como Egipto exigieron parar la ofensiva en Gaza.

Fuego tras las bombas en Jan Yunis.
Fuego tras las bombas en Jan Yunis. (Mahmud HAMS | AGENTZIA)

Pese a la descomunal cifra de víctimas cíviles y al grado de destrucción en la Franja de Gaza, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, reiteró ayer desde Aman, donde se reunió con representantes de cinco países árabes -Jordania, Arabia Saudí, Qatar, Emiratos Árabes Unidos y Egipto- y un representante de la Autoridad Palestina, su rechazo a un alto el fuego en Gaza porque, en su opinión, ello «simplemente dejaría a Hamas en su sitio, capaz de reagruparse y repetir lo que hizo el 7 de octubre». En lugar de un cese al fuego, abogó por pausas humanitarias.

A preguntas de un periodista sobre qué ha conseguido Israel con esta ofensiva, remarcó qué «ni uno solo de los países aquí representados -en alusión a Jordania y Egipto- ni prácticamente ningún país del mundo aceptaría sin más la matanza de sus ciudadanos y no haría nada al respecto».

Reiteró el derecho de Israel a defenderse y volvió a acusar al movimiento islamista de «utilizar civiles como escudos. Sus líderes, armas y centros de operaciones están en edificios residenciales, debajo de escuelas y en escuelas, debajo de hospitales y dentro de hospitales, debajo de mezquitas y dentro de mezquitas, es atroz». Blinken abogó por una Gaza sin Hamas. «No podemos volver al statu quo», dijo.

DETENER LA GUERRA

«No aceptamos la noción de autodefensa», subrayó el ministro jordano, Ayman Safadi. Remarcó que si bien condena los ataques de Hamas del pasado 7 de octubre, la guerra debe terminar, y acusó a Israel de cometer crímenes de guerra.

Resaltó que «la muerte de inocentes» y la destrucción que está povocando la ofensiva israelí «no puede justificarse bajo ningún pretexto y no aportará seguridad a Israel».

Advirtió de que «toda la región se hunde en un mar de odio que definirá a las generaciones venideras.

Su homólogo egipcio, Sameh Shoukry, también pidió un alto el fuego «sin condiciones». Advirtió a Blinken contra el «doble rasero» en la condena de los atentados, como si la «sangre árabe fuera menor que la de los demás» y consideró «prematura» cualquier discusión sobre una futura Gaza sin Hamas.

Safadi sostuvo al respecto que el objetivo ahora era «detener esta guerra» y que no era posible pensar en el futuro cuando no estaba claro «qué tipo de Gaza va a quedar».

«¿Vamos a hablar de un páramo? ¿Vamos a hablar de toda una población reducida a refugiados?», se preguntó.

CADA DIEZ MINUTOS MUERE UN NIÑO

Mientras, en Gaza, Israel continuó con los intensos bombardeos que, entre otras infraestructuras, dañaron paneles solares que proporcionaban energía a panaderías. El director de la oficina de medios de comunicación de Gaza, Salama Maarouf, denunció que «cada diez minutos muerte un niño» y que los ataques son indiscriminados. Hasta ayer, habían muerto 9.500 palestinos, de ellos 3.900 niños. Los heridos eran 24.158.

La Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (Unrwa) advirtió de que no puede garantizar la seguridad de las cientos de miles de personas que se refugian en sus instalaciones, teóricamente protegidas por el Derecho Internacional. Medio centenar de ellas han sufrido daños.

De hecho, una de sus escuelas en el campo de refugtiados de Yabalia fue ayer de nuevo objetivo de las bombas israelíes donde mataron al menos a 20 personas y 70 resultaron heridas. La propia agencia confirmó que entre los muertos del ataque hay niños y decenas más están heridos,

Hasta el 12 de octubre en la escuela de Al Fajura se refugiaban 16.000 personas desplazadas. Al menos un proyectil cayó en el patio de la escuela, donde se han levantado tiendas de campaña para familias desplazadas. Otro proyectil impactó dentro del propio colegio, donde había mujeres haciendo pan.