La Real no pudo lograr la victoria que mereció por juego y ocasiones ante el Barcelona porque Ter Stegen volvió a demostrar que es uno de los mejores porteros del mundo con cuatro grandes paradas y además perdió porque se quedó sin oxígeno en los últimos minutos sin que Imanol confiara en su banquillo al dejar sin hacer dos de las sustituciones.

Que el alemán fuera el mejor del encuentro refleja la superioridad de un equipo blanquiazul que tuvo contra las cuerdas al Barcelona en el primer tiempo y creó las mejores opciones del segundo hasta que los mayores recursos que tenía Xavi en el banquillo le permitieron imponerse en los últimos minutos. Así tuvo dos remates de Araujo y Gavi, que obligaron a Remiro a reiterar que también es un gran portero, antes de que llegara el gol del defensa concedido por el VAR porque estaba en línea con Aihen en su entrada desde atrás para rematar un centro de Gundogan sin nadie que le presionara porque los blanquazules acabaron reventados.

Si ya el empate era injusto, la derrota fue un mazazo que duele más porque el Girona ganaba en El Sadar y le aventaja en doce puntos y el Betis al Mallorca para superarla a la espera de lo que hagan hoy el Athletic y el Rayo Vallecano.

CON EL ONCE DE GALA

Imanol recuperó su alineación más utilizada esta temporada, la mantuvo con el único cambio de Aritz en los últimos minutos. Apenas hizo dos más y el equipo acusó su gran esfuerzo.

El comienzo de los blanquiazules fue espectacular con tres ocasiones en tres minutos de Barrenetxea, Oyarzabal y Merino, con dos paradones de Ter Stegen. Además Kubo obligó al portero alemán a realizar otra gran parada con el pie en otro arreón blanquiazul a la media hora y a Zubimendi le faltó poco para aprovechar su único fallo al no despejar bien un lanzamiento de Aihen.

La superioridad realista era absoluta, sin permitir al Barcelona acercarse a su área, le costó salir incluso de su campo, y solo en el último minuto del primer tiempo los azulgranas pidieron penalti de Zubeldia a Joao Felix previo al único remate de los catalanes de Fermín a las manos de Remiro.

El Barcelona salió mejor tras el descanso, pero la Real volvió a tener una opción de Brais Méndez, que no remató bien en buena situación, un tiro de Merino alto tras una jugada en la que Oyarzabal pidió penalti y otro de Barrenetxea que obligó a Ter Stegen a volver a lucirse. Pero la Real no materializó su superioridad y el técnico barcelonista dio entrada a cuatro internacionales con España y Brasil como Pedri, Ferrán, Yamal y Raphinha.

Con esos recambios el Barcelona acabó mucho mejor, la Real se replegó demasiado sin defender bien y llegó el duro golpe del gol de Araujo cuando ya no había tiempo para más. Un resultado difícil de encajar.