El comité de Siemens-Gamesa pide apoyo al Parlamento foral para defender la plantilla
La representación de la plantilla de Siemens Gamesa, amenazada en sus plantas vascas y más concretamente en Nafarroa, acudió al Parlamento navarro para reclamar mayor implicación a los Gobiernos y reiterar que la empresa es rentable. Aseguran que sus 1.800 puestos de trabajo directos están ahora mismo en riesgo.
El comité de empresa de Siemens Gamesa, empresa amenazada concretamente en Nafarroa con la pérdida de 1.800 de los 5.000 puestos en total que peligran en su reconversión, solicitó ayer el apoyo de los grupos del Parlamento foral para que, especialmente el Gobierno Chivite, inste a primar «de manera inequívoca el contenido local» a la hora de conceder permisos y subvenciones, junto a otras medidas protectoras contra la competencia desleal.
Las plantillas de la compañía, que emplea a unas 2.500 personas en Hego Euskal Herria, se están movilizando a diferentes niveles ante la clara amenaza de pérdida de empleo, como hicieron la pasada semana en Zamudio.
Los trabajadores instaron al Parlamento a «presionar» para que las subvenciones obliguen a mantener el empleo, argumentando que «no estamos pidiendo subvenciones a fondo perdido, no estamos pidiendo limosna» en un negocio «absolutamente rentable para los promotores».
Lo suscribieron los miembros del comité José Ángel Hernández Manso y Josune Pérez, quienes expusieron una situación muy preocupante para los fabricantes de componentes en la que confluyen diversas variables. Destacaron la «competencia desleal» de países como China que ofrecen condiciones «absolutamente impensables» para las ofertas europeas, a lo que se suman en el caso de Gamesa las decisiones «deficientes» en la dirección de Siemens.
Hernández plasmó su «absoluta preocupación sobre el futuro de nuestros empleos, de la supervivencia de la empresa y de la subsistencia del sector de fabricantes eólicos en su conjunto», en el que es «paradójico que los productores tengan beneficios, mientras que los fabricantes bien una situación extremadamente complicada».
Entre los motivos, citó el «aumento desmedido» del precio de las materias primas, la inflación, la falta de agilidad en la concesión de permisos y la excesiva burocracia, las subastas centradas exclusivamente en el precio del producto, y la competencia desleal de los fabricantes chinos.
«A eso se suma la carrera que el mercado obliga a los fabricantes para conseguir el producto más potente en el menor tiempo posible, obligando a desarrollar esos productos sin los ensayos necesarios, lo que deriva en problemas de calidad que afectan a todos los fabricantes», remarcaron en cuanto al sector en general.