Arnaitz GORRITI
BALONCESTO

Codi Miller-McIntyre rescata la quinta victoria de Saski Baskonia en el Pireo

Los gasteiztarras comenzaron con un 13-2 adverso, pero remontaron al punto de escaparse 43-61 ante un Olympiacos también lleno de bajas. En un final de infarto, el base baskonista volteó la ventaja local, lograda por Larentzakis a diez segundos del final.

Corro de celebración del Baskonia, con Codi Miller-McIntyre en el centro.
Corro de celebración del Baskonia, con Codi Miller-McIntyre en el centro. (BASKONIA)

Reza el dicho que «quien de verde se atreve, por guapo se tiene». Saski Baskonia vistió ayer de verde en la cancha de Olympiacos, y en un final de infarto luego de haber remontado un 13-2 de inicio y haber desperdiciado después un 43-61 favorable, Codi Miller-McIntyre, quién sabe si pasándose de guapo, clavó la canasta de la victoria en una de las canchas que peor se le dan a los gasteiztarras.

Su suspensión desde media distancia a falta de 0,7 segundos cayó como un milagro del cielo, pero la verdad es que fue el merecido fruto a un trabajo incansable de un Saski Baskonia que, con muchos altibajos, fue mejor que un Olympiacos con bajas, agarrado con alfileres entre Canaan, Alec Peters, Fall y un sorprendente y casi decisivo Larentzakis.

«Ganar así produce más satisfacción que hacerlo de 20, porque denota el carácter del grupo», dijo Chima Moneke, el mejor valorado del Baskonia, al final del duelo. Mientras, Dusko Ivanovic resaltó que a Miller-McIntyre «solo le hace falta confianza en su tiro, porque otros aspectos los hace muy bien. Espero que esta canasta le dé confianza».

EN EL LABERINTO

Los errores mediatizaron el arranque. Esos errores lanzaron a la escuadra del Pireo con un parcial de 13-2, con el exbaskonista Alec Peters convertido en uno de los verdugos de los gasteiztarras.

El retorno del primer parón y los cambios sentaron bien al Baskonia, con Chiozza poniendo cierta cabeza y Howard el acierto. Fue el preludio de un segundo cuarto tremendo; un parcial de 9-30 que mandó a los de Ivanovic al vestuario con un 35-50 a su favor.

La renta gasteiztarra llegó a ser de 18 puntos, en el 43-61, luego de un mate que Moneke celebró a grito pelado. Ese alarido despertó a Olympiacos, sobre todo a Canaan, y metió a los del Pireo en el partido, hasta el punto de arrimarse 66-67 a ocho minutos del final.

Los dos equipos cometieron errores de bulto, perdidos en un laberinto, y Larentzakis adelantó 74-73 a Olympiacos a 10 segundos. Pero ahí estaba Codi Miller-McIntyre, nadie sabe cómo, para arrancar la victoria del Pireo, por quinta vez en la historia del Baskonia.