Raimundo FITERO
DE REOJO

Seguimos para bingo

En las elecciones en los Países Bajos, el partido de Geert Wilders ha sido el más votado y al que le toca emprender las gestiones para lograr un gobierno de coalición. Es un partido de extrema derecha que ha agitado todos los avisperos contra las migraciones, el islam y muchos otros de los recursos que definen en estos momentos el ideario reaccionario de involución. Y en el corazón de Europa. En una sociedad rica que sufre problemas de integración y de diferencias extremas entre las clases sociales.

Son similares los asuntos que manejan los ultras para captar votos en un lugar u otro. Se enmarca dentro del gran movimiento de la internacional del odio y la involución, que tiene objetivos económicos que se disfrazan de radicalismo y usan banderas y patrias, idiomas y dioses para crear una gran tensión que se va esparciendo, de manera aparentemente imparable, provocando estos auténticos vuelcos electorales que acabarán teniendo efectos devastadores en muchos otros principios democráticos que han sido la base del denominado estado del bienestar que se está cuestionando y demoliendo con singular urgencia. El escepticismo, el relativizar los movimientos totalitarios, el consentir excesos como sucede con la extrema derecha bicéfala española, nos va cercando. La resistencia debe ser activa y sin pausas, sin esperar a renacimientos ni conversiones. Los principios deben reforzarse con hechos. Sin aspavientos, sin fundamentalismos, pero intentando que no se canten muchas más rayas en este salón porque en cuanto canten el bingo estaremos en la mierda absoluta.