Imanol INTZIARTE
DONOSTIA

Tapia reconoce la falta de instalaciones para verter o tratar todos los residuos

La CAV produce 6.000.000 de toneladas de residuos al año, de las que el 37% termina en un vertedero. El objetivo es bajar hasta un máximo del 15% en 2030. Se lleva fuera el 6,45%, un tercio a vertederos externos y dos tercios para tratar y recuperar en otros territorios. La consejera Arantxa Tapia pide a los ayuntamientos que no pongan tantas trabas a la hora de construir infraestructuras.

La consejera Tapia presentó su informe acompañada por su equipo.
La consejera Tapia presentó su informe acompañada por su equipo. (Maialen ANDRÉS | FOKU)

La consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno de Lakua, Arantxa Tapia, compareció ayer en Donostia para dar cuenta de la evolución del Plan de Prevención y Gestión de Residuos Euskadi 2030, aprobado en noviembre de 2021.

Los objetivos de este plan son disminuir en un 30% la tasa de generación de residuos por unidad de PIB -cuánto se genera en función de lo que se produce-, aumentar la recogida selectiva de los residuos urbanos hasta un 85%, convertir en recursos el 85% de los no peligrosos y reducir a menos del 15% los que acaban en vertederos.

En Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se generan actualmente unas 6.000.000 de toneladas de residuos al año, de las cuales un 37% termina en un vertedero, 22 puntos por encima del objetivo. No obstante, Tapia destacó que desde 2018 se ha reducido en un 49% la cantidad de residuos no peligrosos que terminaban en vertederos. Entre otros factores, para este avance valoró el impacto de la tasa que penaliza económicamente el uso del vertedero como solución final, con la que se prevé recaudar 11,9 millones de euros en 2023.

Desde el año pasado se han autorizado -o están en proceso- cerca de un centenar de instalaciones de diverso tamaño destinadas a la recuperación de «suelos contaminados, residuo orgánico del contenedor marrón, lodos de carbonato o de destintado de las papeleras, plásticos, fresados de carretera o determinadas escorias de procesos industriales».

Tapia también repasó la situación de los vertederos. Había planes de ampliación para Gardelegi (Gasteiz), Igorre, Bistibieta (Lemoa), Epele (Bergara), Betearte (Mallabia) y Artxanda (Bilbo), pero solo estos dos últimos proyectos tienen visos de ser realidad a corto plazo.

UN 32% DE LO PREVISTO

La Autorización Ambiental Integrada (AAI) de Betearte se firmó en abril y la de Artxanda se otorgará en breve. Suman el 32% de lo que estaba previsto en este capítulo a día de hoy. «Tenemos mucho que poner en marcha», reconoció.

La consejera enumeró hasta una decena de «actuaciones clave» en diferente «grado de avance» -cifró en un 33% su cumplimiento global, por encima del 23% previsto-, desde planes de inversión hasta la elaboración de leyes, el tratamiento de áridos y tierras, soluciones definitivas para evitar la eliminación de plásticos en vertederos o un plan de recogida y gestión del amianto.

En este punto subrayó la necesidad de construir celdas para depositar fibrocemento en Araba y Gipuzkoa, ya que actualmente solo existe esta infraestructura en Bizkaia y es un residuo que ahora mismo no se puede reciclar. Es uno de los elementos que se depositaban en el sobreexplotado vertedero de Zaldibar hasta el desastre de febrero de 2020.

RESIDUOS EXPORTADOS

Preguntada por GARA sobre el informe del Gobierno español que revela que la CAV exporta fuera de su territorio 387.165 toneladas de residuos anuales -el 6,45% de lo que se genera-, Tapia explicó que 130.000 toneladas van a vertederos porque en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa no hay espacio, debido al derrumbe de Zaldibar y a la mencionada demora para ampliar las instalaciones existentes. «Es algo que tenemos que corregir», asumió.

El resto, cerca de 260.000 toneladas, se lleva fuera para tratamiento y valorización en plantas que no existen en la CAV. Buena parte, cerca de 100.000 toneladas, corresponde a los aceites, bien doméstico o bien de vehículos. También material de construcción y demolición, ya que «no podemos con todo, no tenemos instalaciones suficientes. Se recicla y se revaloriza fuera». Reconoció que debido a ello «emitimos más CO2, por los camiones».

La consejera insistió en que «el objetivo es tratar todo aquí», y apeló a los ayuntamientos para que no pongan tantos obstáculos. «No son instalaciones peligrosas, debemos ser solidarios. Todos estamos de acuerdo en reciclar y en la economía circular, pero luego, a la hora de construir instalaciones, todo son problemas. No hablamos del centro del municipio, sino de polígonos industriales», recalcó.

En cuanto a las casi 200.000 toneladas que llegan desde fuera, explicaron que son residuos tratados en instalaciones que no existen en sus lugares de origen, como restos de vehículos o polvos de los filtros de humo de las acerías, con un alto contenido en zinc. En este punto insistieron en la necesidad de ver los residuos como recursos a recuperar.