El Barcelona se fue de Lezama como había llegado, al frente de la clasificación y contando sus partidos por victorias. La historia de los noventa minutos fue diferente a la habitual en los últimos años pero el final fue el de siempre.

Tampoco fueron diferencias radicales. Al líder le faltaron muchos nombre conocidos y capacidad resolutiva pero dominó desde el pitido inicial a un Athletic que se defendió con intensidad y acierto. Le evitó, así, trabajo a Nanclares y mantuvo su portería a cero durante muchos minutos. Impidió que fueran más Graham Hansen, que acabó el partido con un gol y tres asistencias. Casi nada.

Con la primera permitió a Torrejón romper la igualada a diez minutos del descanso y a los diez de la reanudación, la propia noruega amplió distancias. No daba para más este Barcelona, tampoco hacía falta, y vio cómo el Athletic empezaba a estirarse para convertir el partido en un intercambio de golpes durante un rato. Claro que a las rojiblancas les costaba definir aún más que a su rival y, a dos goles de distancia, no generaron demasiada tensión en las filas del Barcelona.

Por si acaso, Giráldez recurrió a pesos pesados y aunque no logró que el Athletic dejara de buscar el gol con más voluntad que acierto, sí tuvo la capacidad de sentenciar el partido con otros dos goles en la recta final. Ambos, de nuevo, con intervención de Graham Hansen, que primero servía para Patri Guijarro y, en el descuento, asistía a Aitana.