EDITORIALA

Gravar la riqueza exige más ambición

Elkarrekin Podemos-IU anunció ayer un acuerdo con el PNV y PSE sobre la aplicación en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa del Impuesto Temporal de Solidaridad de las Grandes Fortunas. Según explicaron sus portavoces, el cambio se limita al tramo superior de la escala de modo que el tipo del 3,5% se aplicará a las fortunas superiores a 14,5 millones, reduciendo en 1,5 millones la propuesta inicial que era que el último tramo empezara en los 16 millones.

Indudablemente, el cambio aumentará algo la recaudación, pero el incremento seguirá sin ser significativo. El anterior tramo a partir de 16 millones, por ejemplo, afectaba apenas a una decena de personas en Gipuzkoa; el actual tramo a partir de 14,5 afectará a algunas más, pero con ese número de contribuyentes difícilmente supondrá un cambio sustancial en la recaudación y mucho menos en el reparto de la riqueza. Por otro lado, el acuerdo no modifica ninguno de los dos elementos sustanciales que lastran la capacidad del Impuesto sobre el Patrimonio para gravar realmente la riqueza. Así, mantiene exentas las participaciones empresariales. El primer Gobierno de Maria Chivite las gravó siguiendo la estela del Impuesto sobre la Riqueza y las Grandes Fortunas de Gipuzkoa, pero posteriormente también las dejó exentas. Esta exención supone dejar al margen del impuesto una importante fuente de riqueza y de poder. Asimismo, sigue también vigente el escudo fiscal que establece un tope al pago en el Impuesto sobre el Patrimonio en función de los ingresos anuales, lo que contribuye al fraude y rebaja su impacto redistributivo. El escudo fiscal es bastante más reducido en Nafarroa, y armonizarlo bien podía haber sido un objetivo en esta negociación con el fin de avanzar hacia un sistema fiscal más justo y progresivo en todos los territorios forales, pero o bien no se ha querido o bien no se ha podido.

La tributación de la riqueza suele tener un impacto modesto en la recaudación, pero bien construida también contribuye a los ingresos y añade progresividad al sistema en su conjunto. Y en estos tiempos de creciente desigualdad y acumulación desmedida de riqueza se ha vuelto imprescindible.