Josu MONTERO
Escritor

Las pocas palabras

Llevo más de veinte años dando clase a jóvenes en torno a los veinte, y asisto perplejo a la progresiva disminución de su capacidad de concentración y de comprensión. Su capacidad de atención está triturada. Esas opacas corporaciones, los dueños de las pantallas, se forran llevándose a nuestros jóvenes, que saltan alegremente tras ellas al ritmo de su flauta de algoritmos, con la complicidad además de nosotros, sus mayores, y del sistema educativo mismo, que se ha gastado un dineral en llenar las aulas de pantallitas y desalojarlas de libros. Si no tengo palabras para nombrar algo, no existe para mí; y las pocas palabras que poseen son las creadas por el Imperio Digital. El Manifiesto de Liubliana por la lectura atenta ha sido elaborado por un grupo de profesores universitarios europeos: es una llamada desesperada a la necesidad imperiosa de la lectura profunda, atenta y paciente que solo los libros y la literatura pueden aportar; devolvernos la posibilidad de que nos creemos una opinión personal y compleja y crítica frente a los discursos simplistas y viscerales. “Si no hay lectores y escritores jóvenes, dentro de poco no los habrá viejos. La cultura de la palabra escrita habrá muerto, y con ella la democracia”, son las palabras de Margaret Atwood, con las que se cierra este Manifiesto.