Estimados alienígenas. Ignoro si esta enésima carta que les envío llegue finalmente a su platillo volador pero, si así fuera, les ruego ponderen mi solicitud y actúen en consecuencia. De más está decirles que nada me importa su repugnante viscosidad o escamas porque conozco demasiados humanos que, aún con mejor apariencia que ustedes, son mucho más asquerosos. Tampoco tienen que convencerme, de animarse a invadirnos, de que sus funestos propósitos sean dignos de respeto, porque también sé de virtuosas intenciones humanas más nauseabundas que las suyas. Solo quiero que sepan que si atacan la tierra me pongo a su disposición sin necesidad de que insistan en su derecho a defenderse, de que sus bombardeos sean humanitarios, de que van a matar guardando las debidas proporciones y de que su genocidio va a ajustarse al derecho internacional.

Lo que sí les pido es que comiencen su operación “Ratas de la Tierra” por Israel, que no dejen piedra sobre piedra, que no queden ni las lamentaciones, que arrasen con todo, que pulvericen a ese criminal gobierno y, ya de paso, que se lleven también por delante la Casa Blanca, la OTAN, el BM y el FMI. Agradeciendo su atención prestada, besa sus escamas o lo que sea que tengan.

(Preso politikoak aske)