Natxo MATXIN
OSASUNA

In extremis, Raúl se estrena de lujo para dejar los tres puntos en Iruñea

Un cabezazo en el 95 del joven delantero fichado en verano permite a la escuadra navarra conseguir una victoria muy necesaria que hace olvidar en parte un envite en el que los locales no estuvieron cómodos y solo achucharon a su rival en el tramo final.

Raúl celebra su estreno anotador como rojillo por la gran importancia del gol en estos momentos.
Raúl celebra su estreno anotador como rojillo por la gran importancia del gol en estos momentos. (Iñigo URIZ | FOKU)

Raúl se estrenó a lo grande, salvando los muebles de un Osasuna desconocido, gracias a un cabezazo de fe en el minuto 95 que se celebró como si fuese la final de la Champions. Normal, porque los de Arrasate no están bien -se plasmó sobre el césped durante gran parte del encuentro- y necesitaban ese triunfo para templar ánimos y poner las bases para acercarse al bloque que fue la campaña pasada.

Y es que la escuadra navarra firmó una muy pobre primera parte, fiel reflejo del momento delicado por el que pasa. Los anfitriones no encontraron el camino para salir con el balón jugado, perdieron casi todos los duelos y apenas llegaron a los dominios de un Dimitrievski que solo tuvo que emplearse en un tiro con escasa fuerza y centrado de Rubén Peña en el minuto 38.

Fue el tiempo que le costó al conjunto rojillo meter miedo a un Rayo que estuvo mucho mejor posicionado y que, sobre todo, generó más más peligro. Empezando por una falta al palo de Lejeune (m.10) tras rozar con los dedos Herrera, amén de un disparo elevado de Balliu (m.19), un remate en el segundo palo de Mumin (m.31) -la más clara- y una segunda falta de RDT (m.45) que, a punto estuvo de sorprender, pero acabó golpeando en el exterior de la red.

Aunque fue de menos a más, Osasuna ofreció en ese primer periodo una imagen plana, de equipo sin nervio y agarrotado tanto mental como físicamente. Ni siquiera los cambios realizados en el once -Rubén Peña e Iker Muñoz- aportaron combustible a un bloque sin mayores ideas.

APOTEOSIS FINAL

Tan pocas, que el Rayo terminó por creerse que podía sumar algo más que el empate de El Sadar y a punto estuvo de lograrlo en el 55, cuando RDT remató en boca de gol una asistencia desde la izquierda que Herrera taponó como pudo con su cuerpo. El miedo siguió presente, pues Lejeune volvió a probar con otra falta que no se fue muy alejada del travesaño (m.67), mientras Arrasate buscaba la reacción con un doble cambio: Moncayola y Arnaiz.

A ese sumó otro triple -Ibáñez, Raúl y Vidal-, y el equipo comenzó a carburar con el cabezazo picado de Iker Muñoz (m.78) que escupió la cruceta. Impulsado por el ánimo de la grada, el cuadro local acogotó al Rayo en el descuento. Moncayola empalmó dentro del área -pudo ser objeto de penalti- en el 91 y Dimitrievski sacó una mano increíble, pero no pudo evitar en el 95 que el testarazo de Raúl se alojase en las redes. Apoteosis final.