El Athletic despide el año con un empate que, como todos, se abre a interpretaciones. Sabe bien porque lo consiguió ante un Sevilla en su mejor momento de la temporada y porque confirma que el equipo rojiblanco ya es capaz de competir lejos de Lezama. Y no tanto porque fue el Athletic el que tomó ventaja que no pudo defender y porque el punto se le queda corto para aprovechar los tropiezos de los equipos que le preceden en la clasificación, con lo que se queda en la 10ª plaza.

El Athletic dejó hacer de inicio pero no tardó en dar un paso adelante para adueñarse del juego. Llegaron sus mejores minutos, el gol de Landaluze con algo de fortuna y ocasiones, pocas, para ampliar distancias que no aprovechó. Tocó lamentarlo porque el Sevilla restableció el empate justo antes del descanso.

La dinámica del segundo tiempo fue justo lo opuesto. Empezaron mejor las rojiblancas pero tras una pequeña fase de igualdad y, con los cambios de Cristian Toro como detonante, el equipo local se creció y acabó más cerca de un triunfo que buscó sin resultado.