El Ejército israelí (Tsahal) continuó ayer con su brutal ofensiva terrestre y aérea contra la Franja de Gaza, asediada y en ruinas. En la ciudad de Gaza los combates avanzan calle a calle, a veces edificio a edificio. Israel anuncia con regularidad la destrucción de túneles, de infraestructuras de Hamas y la incautación de armas, y el movimiento de resistencia islamista, la destrucción de tanques y otros vehículos militares israelíes. Mientras, el balance de palestinos muertos por los ataques sionistas no deja de crecer y supera ya las 20.000 víctimas mortales, al menos 8.000 menores de edad y más de 6.000 mujeres.

En los combates en el sur del enclave palestino falleció el general mayor en la reserva israelí Tal Shua, el rango más alto entre los 140 militares de Israel que, según el Ejército, han muerto en la Franja desde que comenzó su ofensiva terrestre. En las últimas horas también se anunció la muerte del teniente Shai Ayeli, en esta ocasión en el norte de Gaza.

Además, familiares de los israelíes en poder de Hamas desde el ataque del 7 de octubre informaron de la muerte de un hombre de 73 años que al parecer resultó herido aquel día en el kibutz de Nir Oz.

El Ejército israelí, que el jueves dijo haber matado a 2.000 combatientes palestinos en la Franja y afirma encontrarse en «las etapas finales del control operativo» del enclave, señaló ayer que el refuerzo de sus unidades de artillería en Jan Yunis le permitió eliminar mandos de Hamas en bombardeos selectivos y operaciones de Inteligencia en esta ciudad del sur, considerada bastión del grupo islamista. Dijo también haber tomado el «control operativo» del barrio de Rimal, en Ciudad de Gaza y aseguró haber hallado en Issa «una ciudad terrorista subterránea» con túneles usados por «altos cargos» de Hamas, incluidos los líderes de sus ramas política y armada, Ismail Haniyeh y Mohamed Deif.

Las batallas cuerpo a cuerpo continuaban en Jan Yunis y en los barrios de Daraj y Tufah de la ciudad de Gaza, mientras el Tsahal sigue atacando hospitales y escuelas, y la población palestina se hunde cada vez más en una crisis sin precedentes, lo que llevó al secretario general de la ONU, António Guterres, a insistir en que «la única manera» de ayudar a la población gazatí es un alto el fuego.

El Consejo de Seguridad aprueba el envío de ayuda

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer, con la abstención de EEUU y Rusia, y tras una semana de negociaciones, una resolución para impulsar el inmediato envío de ayuda humanitaria y medidas urgentes que creen las «condiciones para un cese sostenible de las hostilidades». La iniciativa tuvo que reescribirse varias veces por las objeciones de EEUU.

El texto insta al secretario general de la ONU a designar un coordinador especial para monitorizar y verificar el envío de ayuda a Gaza, sometida desde el 7 de octubre constantes bombardeos. Deberá presentar en 20 días un mecanismo y un plan para acelerar en envío de ayuda. También pide la liberación inmediata de los israelíes en manos de Hamas. La resolución peligró. Justo antes de la votación, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, propuso una enmienda para recuperar una mención del texto original a la necesidad de pausar las hostilidades inmediatamente para permitir la entrada de ayuda. Tras las objeciones de EEUU, la frase se sustituyó por una mención más vaga a la necesidad de dar «pasos urgentes» para un cese de las hostilidades. La enmienda rusa fue apoyada por una mayoría de países, pero vetada por EEUU, y Rusia se abstuvo para permitir que saliera adelante la resolución.

Hamas consideró «insuficiente» la resolución que exige la entrega de ayuda humanitaria al territorio asediado a «gran escala» y«sin obstáculos», mientras Israel insistía en que seguirá inspeccionando toda la ayuda destinada a Gaza. GARA