Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
LOS QUE SE QUEDAN

Qué bello es vivir, en buena compañía

Alexander Payne recupera las sensaciones de su magistral “Entre copas” con esta comedia sumamente divertida, a veces amarga y en otras ocasiones bordeando la oscuridad más dolorosa, pero en la que siempre resalta por su saludable humanismo innegociable.

Payne no se anda por las ramas y enmarca esta maravillosapelícula en ese complejo y farragoso territorio de los filmes navideños, pero lo hace desde la perspectiva de Frank Capra y su referencial “¡Qué bello es vivir!”. La elección de situar la trama a principios de los setenta se debe a que en aquella época era muy común la existencia de colegios de élite para hijos de acaudalados que únicamente admitían hombres.

Y es en este entorno donde topamos con un profesor de historia griega, solitario, con el ceño fruncido constantemente, implacable con su alumnado y de conducta explosiva.

SOLEDADES COMPARTIDAS

Mientras alumnos y profesores disfrutan de sus vacaciones, el protaognista deberá asumir su habitual soledad en el colegio y compartirá espacio con dos personas más, un alumno de tendencia rebelde pero especialmente sensible y una amable cocinera cuyo hijo murió en Vietnam.

A lo largo de esos días, entre cenas navideñas, actos de indisciplina de Angus, una camaradería forzada que se convierte en genuina y una memorable entrega de regalos por parte del personaje encarnado por Paul Giamatti, “Los que se quedan” va acumulando aciertos en el retrato amable y poderosamente empático de estos personajes tan entrañables. Llegados a este punto, es necesario destacar la gran interpretación que realiza Giamatti, el cual saca todo el partido posible a un personaje complejo pero muy suculento, y al guion exquisitamente calibrado de David Hemingson.