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INFIERNO EN GAZA

La devastación se agrava pese a débiles «acuerdos humanitarios»

Israel no solo está destruyendo Gaza sino la esperanza de los palestinos para construir un futuro, según agencias de la ONU y organismos que alertan de la enorme devastación en la que el hambre puede matar aún a más personas que las bombas israelíes. Los «acuerdos humanitarios» apenas alivian la catástrofe. El último acordado entre Israel y Hamas se topa con más obstáculos.

El padre de Masa Shoman lleva el cuerpo de su hija, muerta en un bombardeo israelí en Rafah.
El padre de Masa Shoman lleva el cuerpo de su hija, muerta en un bombardeo israelí en Rafah. (AFP)

«La devastación es enorme. Si la guerra continúa, es posible que mueran más personas por hambre que por la guerra misma», advirtió el presidente del Fondo Palestino de Inversiones, Mohammed Mustafa, en el Foro de Davos, para urgir a actuar a la pasiva comunidad internacional.

«Cientos de miles de personas viven ahora en la calle, en tiendas de campaña de plástico improvisadas, durmiendo sobre el suelo. En algunos lugares, las mujeres casi han dejado de comer o beber porque no quieren usar baños sucios», denunció el director de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, Philippe Lazzarini, que advirtió de la rápida propagación de enfermedades y diarreas. La agresión israelí está destruyendo, sobre todo, la posibilidad de un futuro para los palestinos, con el objetivo declarado por algunos líderes de hacerles imposible vivir allí.

«La gente está perdiendo la esperanza. No ven cómo pueden seguir criando a sus hijos en este tipo de entorno. Empiezan a tener problemas para proyectar cómo será el futuro», explicó Lazzarini.

Con 350.000 viviendas dañadas o destruidas -el 60% de las construcciones-, la Franja se ha convertido en un erial lleno de escombros. «El norte es un concentrado de la catástrofe humanitaria, un campo de municiones no detonadas y de escombros, sin ningún servicio ni función», señaló Lazzarini.

Mustafa calcula que se necesitarían al menos 15.000 millones de dólares para reconstruir las casas destruidas. Una cifra que aumenta cada día a medida que los bombardeos israelíes siguen pulverizando viviendas, infraestructuras y hospitales.

El Hospital Nasser, en Jan Yunis, puede tener un destino similar al de los hospitales del norte -ya sin funcionamiento-, especialmente después de un ataque israelí contra el cercano hospital de campaña jordano, que resultó gravemente dañado.

Los bombardeos mataron a otros 163 gazatíes en 24 horas, con lo que la cifra de fallecidos llega ya a 24.448, con otros 8.000 aún bajo los escombros o en las carreteras.

Además de los alrededores del Hospital Nasser, la aviación israelí bombardeó viviendas en Jan Yunis y en el barrio de Daraj, en la ciudad de Gaza, y la artillería golpeó el campo de refugiados de Yabalia, en el norte. Las autoridades gazatíes también acusaron al Ejército israelí de atacar un cementerio, donde exhumó varios cadáveres, una práctica denunciada en las últimas semanas.

En esta situación y mientras siguen las matanzas, la poca ayuda humanitaria que llega apenas es un señuelo para que los aliados de Israel mantengan su apoyo.

El martes, Qatar anunció un pacto humanitario entre Israel y Hamas para la entrega de medicamentos que necesitan los más de 100 israelíes todavía vivos retenidos en Gaza, a cambio de la entrega de una mayor cantidad de ayuda humanitaria que incluirá también medicinas para civiles palestinos.

Pero Israel también obstaculizó esta ayuda al pretender aplicar los mismos controles y filtros que lleva a cabo con toda los suministros que llegan al paso de Rafah. De allí la traslada al paso israelí de Kerem Shalom para inspeccionarla y volver a enviarla a Rafah.

Hamas rechazó que los israelíes inspeccionen los cinco camiones que transportan estos medicamentos.

El movimiento palestino añadió que por cada caja de medicamentos que irá a parar a los 45 rehenes a los que están destinados, «mil cajas irán a parar a los habitantes de Gaza». Una vez que entren en la Franja, las medicinas, ya sean destinadas a la población o a los israelíes retenidos, serán «transportados a cuatro hospitales diferentes de la Franja». «Solo nosotros (y no la parte israelí) determinamos la cantidad de medicamentos que deben entrar, quién debe ser el intermediario y cuál debe ser el mecanismo de distribución», dijo Abou Marzuk.

Además, demandó que los medicamentos se suministren «a través de un país en el que confiamos, Qatar y no Francia, como lo pidió Israel, por su posición de apoyo a la ocupación israelí y contra las aspiraciones de libertad y retorno del pueblo palestino». Precisamente, el Gobierno francés ahondó en la postura cómplice que denuncia Hamas a través de su nuevo ministro de Exteriores, Stéphane Séjourné, que criticó la demanda por genocidio contra Israel presentada por Sudáfrica ante el Tribunal Internacional de Justicia, porque «acusar al Estado judío de genocidio es sobrepasar una barrera moral. No podemos explotar la noción de genocidio con fines políticos».



Pakistán denuncia a Irán por los ataques

El Gobierno paquistaní denunció que dos niños murieron y otras tres niñas resultaron heridas en los ataques aéreos llevados a cabo el martes por Irán en el Baluchistán ocupado por Pakistán contra dos bases del grupo yihadista suní Yeish al-Adl, según Teherán. «Esta violación de la soberanía de Pakistán es completamente inaceptable y puede tener graves consecuencias», advirtió el Ministerio de Exteriores paquistaní.

Yeish al-Adl, que Teherán afirma que recibe el apoyo por Israel, reivindicó el ataque en el que murieron 11 policías en la ciudad iraní de Rask el pasado diciembre, entre otros atentados en los últimos años. Las relaciones de Pakistán con Irán no han sido especialmente cordiales, con una evidente falta de confianza debido a los ataques transfronterizos de los insurgentes baluches. Pese a ello, las autoridades iraníes subrayaron las buenas relaciones entre ambos. El ataque se produjo el mismo día que el ministro de Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, se reunió con el primer ministro interino de Pakistán, Anwarul Haq Kakar, en Davos; las Armadas de los dos países realizaban maniobras conjuntas y se inauguraba en suelo iraní una exposición sobre exportaciones al país vecino.GARA



«Es un honor que EEUU nos designe terroristas»

EEUU ha vuelto a incluir en su lista de «grupos terroristas» al movimiento Ansar Alá, los huthíes de Yemen, en represalia por sus ataques contra buques con vínculos con Israel en el mar Rojo y el golfo de Adén. «La designación estadounidense no tiene valor y no cambiará la posición de Yemen en apoyo a Palestina, sino que lo consideramos como una medalla de honor por el apoyo a la resistencia palestina», replicó el movimiento yemení a esta medida. «Terrorista es el que apoya y protege a los autores del genocidio y no el que lucha para detenerlo», añadió. La Casa Blanca defendió la decisión para impedir su financiación «y hacerles responsables de sus acciones», pero la reevaluará si Ansar Alá cesa sus ataques. Además, aseguró que autorizará ciertas licencias para el envío de ayuda humanitaria y productos básicos. El presidente, Joe Biden, avanzó la semana pasada que considera a los huthíes «terroristas», después de que en febrero de 2021 los retirara de la lista tras admitir que esta designación podía tener «un impacto devastador en el acceso de los yemeníes a productos básicos como alimentos y combustible».

Ansar Alá había advertido de que considera esta inclusión «una declaración de guerra» y el viceministro de Exteriores, Husein al-Ezzi, avanzó que no limitarán sus acciones al estrecho de Al-Mandeb en el sur del mar Rojo. «Hay quienes lo impedirán por otros medios, y nuestra coordinación está avanzada en este sentido», señaló. Un dron alcanzó y provocó un incendio en un navío ayer en el gofo de Adén.

Antes de la decisión de Washington, EEUU y Gran Bretaña ya habían iniciado una campaña de bombardeos contra objetivos de los huthíes.

Aunque se les denomina «rebeldes» el grupo chií, apoyado por Irán, gobierna en realidad desde 2014 en la capital de Yemen y amplias regiones del norte, centro y oeste del país, incluidos puertos clave, como Hodeida.GARA