Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
¡FELICES 50!

Adultos inmaduros intentando regresar a su juventud

Eric Lavaine aborda con una mezcla de humor deslucido y superficialidad la temática generacional, explorando la disonancia entre la edad cronológica y la actitud de sus protagonistas. La película, secuela de “Barbacoa de amigos”, se sumerge en la obsesión de una cuadrilla de viejos amigos por desafiar el implacable avance del tiempo.

Desde sus primeras secuencias, la cinta revela una obsesión desmedida por retratar a los personajes masculinos en un frenesí de comportamientos juveniles. Esta fórmula, que ya se vislumbraba en la primera entrega de la bilogía, alcanza en “¡Felices 50!” una exageración que termina por desdibujar cualquier atisbo de profundidad en la trama. La comedia, más anacrónica que ingeniosa, se desliza por situaciones que nunca logran trascender a la categoría de meras extravagancias.

EL PASO DEL TIEMPO

La trama, limitada a anécdotas superficiales, se queda corta al abordar temas de relevancia como el miedo a la muerte, la pérdida del deseo sexual, el edadismo en el ámbito laboral y las luchas de poder dentro de la pareja. Estos elementos, apenas esbozados, dejan a los personajes en un estado de superficialidad que los convierte en meras marionetas, carentes de profundidad y definición. Por el contrario, las mujeres parecen mantener una dignidad que escapa a la pérdida de tiempo de sus parejas masculinas. Reflejando una aceptación más madura del paso del tiempo, se convierten en los pilares que sostienen la película frente a la lucha desesperada de los hombres contra lo inevitable. En resumen, una comedieta poco elaborada que no logra trascender las expectativas, quedando atrapada en una narrativa superficial y trasnochada.