No pudo celebrar de mejor modo el Alavés su 103 cumpleaños, que con una victoria a domicilio ante el colista, prolongando su racha victoriosa -tres triunfos ligueros- y de imbatibilidad -cuarta jornada-, en la que tuvieron mucho que ver Sivera y Samu.

El guardameta alicantino fue un muro infranqueable, que impidió que el Almería pudiese empatar, en primera instancia, y que posteriormente se metiera en el partido. Además, de su brazo partió el segundo gol con un envío hasta medio campo para una arrancada del ariete.

Y es que el melillense fue el otro gran protagonista del choque. Con una potencia descomunal, fue una auténtica pesadilla para la zaga almeriense, que en ningún momento pudo con sus arrancadas. Anotó un doblete al inicio y final del envite, además de provocar la jugada del penalti transformado por Rioja y que supuso el 0-2.

EN SU MEJOR MOMENTO

La escuadra babazorra se encuentra en su mejor momento del curso y eso se nota sobre el césped. Bien colocado para abortar las acometidas del rival y vertical a la hora de encarar la portería contraria. Con esa eficacia en ambas áreas, los pupilos de Luis García Plaza volvieron a sacar adelante otra victoria a domicilio, una tarea que hasta hace bien poco se le venía resistiendo al Glorioso.

Ello ha permitido que los babazorros sumen ya 26 puntos y vean cada vez más cerca el objetivo de la permanencia, ubicados en un cómodo undécimo puesto, a once del descenso. Una desahogada posición que debe permitirles afrontar con tranquilidad la visita a Mendizorrotza de un Barcelona en horas bajas, frente al que deben hacer valer la fiabilidad casera de la que vienen haciendo gala durante las últimas jornadas.