No hay remedios caseros para atajar los problemas estructurales de los partidos ni para solventar de manera eficaz los desgastes físicos y emocionales que ciertas actividades producen de manera incisiva en las personas que adquieren compromisos organizativos. Si se miran los informativos televisivos con orejeras equinas se ve un simulacro en VOX diciendo que sigue siendo una alternativa política solvente con el pistolero de Amurrio encumbrado de manera vicaria, junto a dos personajes siniestros de la más rancia cultura política represora. Pero antes o después en la escaleta se anuncia que de manera sorpresiva la número tres de la actual cúpula dirigente de Podemos, Lilith Verstrynge ha abandonado todos sus cargos orgánicos y su acta de diputada.

El escueto comunicado en redes de la dimisionaria no da explicaciones, pero ante la cacería mediática y política buscando cuestiones extrañas a esta decisión, es Belarra la que habla de que “lo importante es que te cuides”. Colocando el asunto en el terreno personal de salud e intentando dejar fuera del temario del día asuntos más profundos para analizar la extraña deriva de empequeñecimiento del equipo teledirigido por Pablo Iglesias. Respetando la decisión, hay un primer efecto matemático, pasan de ser cinco a cuatro diputados morados. Su importancia parlamentaria disminuye.Hay que aplicarse en los cuidados intensivos de quienes están en organizaciones políticas excesivamente mesiánicas. Lo mismo que a sus fanáticos seguidores y a quienes miramos desde una lejanía pragmática lo que sucede.