Amaia U. LASAGABASTER
EIBAR
LIGA F

La efectividad de la Real decanta el derbi frente a la voluntad del Eibar

Franssi marcó nada más empezar. Las armeras reaccionaron pero les faltó precisión en los últimos metros y la finesa sentenció en la segunda parte.

Franssi celebra el primero de sus dos goles, que marcó en el minuto ocho.
Franssi celebra el primero de sus dos goles, que marcó en el minuto ocho. (Marisol RAMÍREZ | FOKU)

El derbi guipuzcoano volvió a teñirse de blanquiazul. Efectiva la Real, voluntarioso el Eibar, la definición de Franssi decantó el partido del lado visitante. Se embolsó tres puntos el equipo de Natalia Arroyo que prolongan su racha -siete jornadas en positivo-, apuntalan el séptimo puesto, le acercan al sexto y le refuerzan ante la visita copera al Levante. El Eibar, por el contrario, trunca su escalada en Ipurua, donde había enlazado tres triunfos, y ve cómo se le complica la situación en la tabla, con solo tres puntos ahora de colchón sobre el descenso.

El partido, había consenso en las previsiones, fue diferente al de la priemra vuelta. Pero no por completo porque también ayer la Real entró mejor al partido y se adelantó pronto. Sirvió Jensen para que Franssi recortara a Elba y batiera a Miralles por bajo.

No lo pasó bien en los primeros minutos el Eibar, que apretaba arriba pero estaba lejos de ahogar a un rival cómodo en defensa y que salía con velocidad y peligro. Hubo que esperar veinte minutos para que se sobrepusiera al disgusto, se acomodara en el campo y, ahora sí, se metiera en la parcela visitante ante una Real que fue alternando entre la defensa calmada y el agobio y que rara vez lo condimentó con algún contragolpe peligroso. Apretaban las locales y llegaban al área con peligro pero les faltaba precisión en los últimos metros, lo que permitió al equipo blanquiazul irse con ventaja al descanso.

Yerai Martín metió a Andrea Sierra en el descanso en busca de más profundidad por la izquierda. El movimiento funcionó a medias porque la vicaina subió pero al otro lado se echó de menos la verticalidad de Arana, que se ubicó en el hueco de la sustituida Matlou. Las armeras, además, se encontraron con un rival más firme que, aun viéndose apretada por su rival, consiguió que la sensación general de peligro fuera menor y, aprovechándose también del cansancio y los huecos al otro lado del campo, salió más en busca de Miralles. Tampoco demasiado pero sí lo suficieente como para que Jenssen volviera a asistir y Franssi a marcar para matar el duelo a veinte minutos del final.