Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
NEFARIOUS: CUANDO HABLA EL DIABLO

Sermoneando con un demonio

Esta polémica película, inicialmente etiquetada como cine de terror, resulta ser una de esas producciones evangélicas de consumo propio y exclusivo para sus multitudinarios y fervientes parroquianos estadounidenses. El filme comienza con una premisa curiosa que despierta la curiosidad del espectador, prometiendo una experiencia en el terreno del terror y el thriller sicológico que hubiera podido hacernos creer que estamos ante una variante de los encuentros compartidos por el doctor Hannibal Lecter y la agente Sterling. La trama gira en torno a un siquiatra que debe evaluar la salud mental de un asesino convicto que asegura estar poseído por un demonio llamado Nefarious. Al principio, la película logra crear una atmósfera tensa y claustrofóbica, planteando un intrigante dilema entre la realidad y lo sobrenatural.

Sin embargo, la película da un giro inesperado al desviarse de las convenciones del género de terror para adentrarse en un discurso ideológico marcado por una perspectiva ultrarreligiosa. Este cambio radical nos pone en guardia y, desafortunadamente, desvía la trama hacia un terreno polarizador que podría alienar a una parte significativa de la audiencia. El guion, escrito por Chuck Konzelman y Cary Solomon, se vuelve repetitivo y pierde la coherencia inicial y, a pesar de los esfuerzos de los actores Sean Patrick Flanery y Jordan Belfi, el potencial de sus personajes se ve limitado por las restricciones impuestas por un guion que prioriza otros intereses sobre la trama, sermonear al respetable. La película, que podría haber explorado temas más oscuros y complejos relacionados con la posesión demoníaca, se ve eclipsada por un mensaje religioso que busca imponer sus puntos de vista sobre la eutanasia, el aborto y la posición de la Iglesia en la sociedad contemporánea.