La Comisión Electoral Central (CEC) de Rusia rechazó el registro del opositor Boris Nadezhdin, el único candidato que aboga por la paz en Ucrania, aduciendo los manidos -en el caso de políticos opositores- errores en las firmas que presentó para concurrir a las presidenciales de marzo.

La CEC dictaminó que Nadezhdin presentó 95.587 signaturas válidas de un total de 200.000, cuando necesitaba 100.000 para poder registrar candidatura al contar con el apoyo de un partido sin representación parlamentaria (Iniciativa Ciudadana). En el total figurarían once «almas muertas» (sinónimo de fallecidos), y le acusó de usar bases de datos no actualizadas.

La campaña de recogida de firmas de Nadezhdin, impulsada por la oposición rusa en el exilio, ha sido la primera muestra importante y legal de repulsa contra la invasión, sin contar las masivas detenciones de los primeros días, a finales de febrero-marzo de 2022, y las semanales protestas de madres de soldados movilizados.

Nadezhdin ha anunciado recurso ante el Tribunal Supremo e incluso el Constitucional, pero un fallo favorable es harto improbable desde estas instancias alineadas con el Kremlin (de hecho, hasta ahora, no ha pasado nunca).

EN SU DÍA DIPUTADO LIBERAL

Nadezhdin fue nombrado en 1997, al final de la era Yeltsin, asesor del vice primer ministro Boris Nemtsov, quien luego se convertiría en un férreo opositor a Vladimir Putin y moriría en atentado frente al Kremlin en 2015. Fue Nemtsov quien le presentó a Serguei Kirienko, actual número dos de la Administración presidencial, con el que el candidato rechazado trabajó hasta 2001. Y es que, antes de separar sus caminos, fueron Nemtsov y Kirienko quienes fundaron en 1999, año de la llegada al poder del actual inquilino del Kremlin, la Unión de Fuerzas de Derechas, en la que Nadezhdin fue diputado.

Poco conocido, asegura que decidió presentarse al ver que ningún candidato opositor daba el salto.

Nadezhdin aseguraba ayer que «decenas de millones de personas iban a votar por mí y estaba en segunda posición, tras Putin». En la misma línea, insistió en que «si tuviera unas expectativas de voto del 1-2% y no un 15-20% no habría tenido problemas».

Consciente de que, si le dejaban participar, los comicios solo serían «el principio del fin de la era Putin», Nadezhdin prometía liberar a todos los presos políticos, incluido Alexei Navalni, así como Ilia Yashin o Vladimir Kara-Murza, encarcelados por sus críticas a la guerra; detener las hostilidades, «un error fatal»; e iniciar conversaciones con Ucrania, EEUU y la UE. Tildado de «liberal» y/o «nacionalista», se define como «patriota». Quizás por eso rechaza devolver los territorios ucranianos en manos de Rusia. Quizás por ello hay quien le presentaba como un candidato tapado del Kremlin. Erraba.

El periodista trumpista Carlson entrevista a Putin

El periodista trumpista estadounidense Tucker Carlson, despedido de la cadena ultra Fox en abril por hacer suya la falacia del fraude electoral en las presidenciales estadouidenses y justificar el asalto al Capitolio, entrevistó al presidente ruso, Vladimir Putin.

Tanto el Kremlin como el propio Carlson auguraron que la entrevista, que iba a ser emitida en el canal de X de este último a primera hora de la madrugada en Euskal Herria, prometían que dará que hablar.

El polémico periodista instó a los estadounidenses a ver la entrevista para decidir como «ciudadanos» y no como «esclavos» qué piensan sobre el presidente ruso.

La entrevista con Putin llega en un momento en el que la mayoría republicana en la Cámara de Representantes bloquea una ayuda de 60.000 millones de dólares a Ucrania, dentro de un paquete de ayuda a Israel y Taiwán. GARA