EDITORIALA

Toda iniciativa para frenar al sionismo suma

La decisión de Israel de seguir destruyendo Rafah, la ciudad del sur de la Franja de Gaza en la que se concentran más de un millón de palestinos desplazados por los ataques del Ejército israelí, llevó a Sudáfrica a pedir el lunes a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que tome medidas para evitar más muerte y destrucción. Considera el país africano que continuar la ofensiva militar supone una grave violación de la Convención del Genocidio y de la orden que dio ese mismo tribunal a Israel el 25 de enero. Por otra parte, la Alianza Global pro Palestina ha pedido a la Corte Penal Internacional (CPI) que emita de inmediato una orden de arresto contra los principales líderes políticos y militares israelíes. Asimismo, varias organizaciones palestinas, entre ellas PCHR, Al Hacq y Al Meza, pidieron al CPI que refuerce la investigación por crímenes contra la humanidad que inició en 2019. A esta iniciativa se unió ayer un grupo de abogados vascos, que también presentarán un escrito ante ese Tribunal.

Aunque no todas las capitales estén respondiendo de igual manera al genocidio -ayer Madrid y Dublín volvieron a desmarcarse parcialmente-, la falta general de impulso político de los gobiernos occidentales ha provocado que se multipliquen las iniciativas jurídicas para detener la matanza y juzgar a sus responsables. Algunas ya han logrado resultados, como la impulsada por una ONG neerlandesa, que consiguió que un tribunal ordenara a su Gobierno que interrumpiera el suministro a Tel Aviv de piezas para los aviones F-35 para no colaborar con el castigo colectivo contra la población civil de Gaza. Asimismo, se están multiplicando los llamamientos para cortar los lazos con Israel y suspender su participación en organizaciones internacionales. La lucha contra el apartheid en Sudáfrica dejó una gran experiencia de lo importante que resultan ese tipo de iniciativas para terminar con regímenes basados en la discriminación y el genocidio.

A estas alturas resulta evidente que Benjamin Netanyahu no detendrá la masacre hasta que EEUU no se lo ordene. Ese hecho no exime de responsabilidades al resto del mundo, puesto que toda iniciativa para frenar al sionismo suma.