Iñaki LEKUONA
Profesor
AZKEN PUNTUA

Hemorragia

Una carnicería». Así habría descrito a Franceinfo sus temores postelectorales un eurodiputado macronista pensando en la resaca de unas europeas que amenazan con desestabilizar el tablero político galo a tres años de las legislativas y presidenciales a las que no podrá volver a representarse Macron. Para aquella cita se adivina a Gabriel Attal, ahora primer ministro, pero la carrera se presenta larga, sobre todo si las encuestas que otorgan al principal partido de ultraderecha cerca de un 30% de intención de voto acaban por cumplirse. Y no andarán lejos, porque todo el mundo habla del RN y, como acuñó el surrealista Dalí, «que hablen bien o mal, lo importante es que hablen de mí, aunque confieso que me gusta que hablen mal porque eso significa que las cosas me van muy bien». Tan bien le va al partido de Marine Le Pen que su candidato acaba de fichar al antiguo director de la Agencia Europea de Fronteras, que se vio obligado a dimitir tras la apertura de un expediente disciplinario por, entre otras irregularidades, la devolución en caliente de inmigrantes y que ahora, a la vista de los sondeos, regresará a las instituciones como eurodiputado. Y mientras, como la izquierda sigue despedazándose en su propio surrealismo, no hay discurso capaz de detener la hemorragia de una democracia que huele a podrido.