J.I.
DONOSTIA

La Ertzaintza impidió a la afición el recibimiento que pedía Imanol

Estos fueron los aficionados de la Real que pudieron acercarse más al autobús realista ante el despliuegue policial.
Estos fueron los aficionados de la Real que pudieron acercarse más al autobús realista ante el despliuegue policial. (Andoni CANELLADA | FOKU)

La Ertzaintza fue la protagonista en los prolegómenos del encuentro con un dispositivo exagerado en un partido contra un equipo como el Mallorca con 500 aficionados que no plantearon ningún problemao. Centenares de ertzainas fueron movilizados para cortar el paso a las personas y vehículos en el Paseo Errondo con los problema que eso supuso además para el tráfico.

Imanol dijo el lunes en la rueda de prensa previa al partido que iba a pedir al conductor del autobús si le dejaban que entrara por la Avenida de Madrid y no por el Paseo de Errondo y pedía a la afición que acudiera a recibir al equipo como hizo en la anterior semifinal de Copa contra el Mirandés en febrero de 2020.

El Departamento de Interior de Lakua impidió ese deseo y la Real realizaba otra convocatoria en las redes sociales: «El equipo llegará al estadio a las 19:55 por el paseo Errondo. Os necesitamos. Ahí empieza el partido».

Sin embargo la Ertzaintza colocó cintas desde Salaberria hasta la Torre de Anoeta para que nadie pudiera acceder ni tan siquiera a las aceras de los últimos 300 metros del recorrido del autobús, donde se concentraban los aficionados.&eot;

Cuando GARA le preguntaba por el dispositivo a uno de los responsables de la Ertzaintza y le recordaba la convocatoria del club, respondía que «la Real e Imanol pueden decir lo que quieran, que el presidente ya ha pedido perdón esta mañana por lo que ha dicho. Nosotros tenemos la orden de que nadie supere las cintas que hemos colocado ni tan siquiera después de que pase el autobús del Mallorca».

INDIGNACIÓN

El dispositivo policial desproporcionado provocó la indignación de los aficionados: «Un ertzaina me ha dicho que han montado esto por los incidentes que hubo el día del Atlético, pero contra el Mallorca estaba claro que no iba a pasar nada», decía uno.

Mucho otros repetían que «el jueves seguro que dejan a los aficionados del Athletic estar al lado del autobús». La Ertzaintza solo permitió que unos pocos superaran la cinta a la altura del Atano III. Todos los demás animaban desde la lejanía y mostraban su indignación de la Ertzaintza, con algún conato de carga.

Algunos les preguntaban donde estaban el día que los ultras del Benfica acudieron a la Plaza Armerías a agredir a los aficionados o se pasaron todo el partido lanzando bengalas a donde estaban niños con sus padres. Como tampoco estuvieron el año pasado con los ultras de la Roma, que también venían sin control. Es la norma en los partidos de Anoeta, que la Ertzaintza en lugar de evitar incidentes los provoca. El mundo al revés.

Fue la nota discordante en una noche especial en Anoeta. Bultzada, tras su ausencia del viernes, fue la primera en entrar al campo para animar a su equipo desde que salió a calentar. Su ta Gar tocó desde el centro del campo antes del partido la canción “Jo ta ke” y la afición, que la coreó, no paró hasta el final. Porque el de ayer no era un partido más, era el más importante de la historia de Anoeta, porque podía permitir a su afición vivir una final por vez primera desde Madrid en 1988. No pudo ser a pesar de que puso todo de su parte.