Arantxa Echevarría ha demostrado una gran versatilidad a lo largo de su carrera cinematográfica. Su ópera prima, “Carmen y Lola”, destacó por su compromiso con la denuncia social y la visibilidad LGBT. En su segunda película, “La familia perfecta”, asumió un enfoque eminentemente comercial, demostrando su capacidad para imprimir su estilo en encargos específicos. Tras la realización de “Chinas”, la cineasta vasca regresa apenas unos meses después con “Políticamente incorrectos”, una producción que busca seducir a la taquilla al abordar de manera simpática uno de los temas menos explorados en el cine estatal, el ruedo político.

La coincidencia -o no- del estreno el 23-F, resulta más cosmética que sustancial. La película no se adentra en la verdadera sátira política, sino que se centra en la comedia, narrando cómo dos jóvenes idealistas, representados por un elegante facha y una progresista de izquierda apoltronada, se enredan en un apasionado romance mientras buscan que los candidatos de sus respectivos partidos triunfen en las elecciones generales. Dada su naturaleza comercial, era difícil esperar una producción que incidiera de manera más descarnada en la trastienda política y aunque el guion de Olatz Arroyo, experimentada en comedia en cine y televisión, aporta momentos de humor irónico y gamberro, estos son solo destellos en una propuesta que se distancia poco de lo convencional. La película cuenta con líderes y consejeros reconocibles, especialmente Elena Irureta y Raúl Cimas, quienes emulan a Esperanza Aguirre y Miguel Ángel Rodríguez. Sin embargo, evita caer en la parodia, retratando una clase política más amable de lo que la realidad podría sugerir.