Raimundo FITERO
DE REOJO

Mascarillas imperecederas

Oigo decir a cualquiera Koldo, y entro en trance. Repasando su amontonada biografía que se nos sirve bien aliñada parece que estamos ante un prototipo genuino de oportunista sin escrúpulos. Este asunto utilizado por el PP para armar un escándalo que puede ser boomerang, lo está cargando la displicencia de Sánchez y sus equipos ministeriales formados por apegos y compromisos previos a cualquier responsabilidad de gobierno. Queda claro que las mascarillas fueron un detonante importante para que cualquier botarate pudiera medrar y llevarse una comisión millonaria. Los materiales utilizados en muchas mascarillas son poco o nada reciclables, por lo tanto, ellas y los negocios propiciados por la urgencia y la sinvergonzonería son imperecederas.

Como imperecedera es la desazón al mirar al exterior. Lo de Israel en Gaza empieza a ser insostenible. La masacre es trágica por sus excesos y su virulencia criminal. Varias generaciones de palestinos van a tener estas imágenes insertadas en su código vital y los israelís van a acabar con muchos agujeros en sus conciencias y en sus neuronas. Rondando por allí está la OTAN, las amenazas de un Macron desorientado y la respuesta de Putin alertando de las armas nucleares que se pueden poner en funcionamiento de manera inmediata. Vivimos en la convicción de que estas cosas, con esos tonos rituales y demagógicos, son chulerías, que nunca veremos una guerra nuclear, pero existen miles de ojivas dispuestas para su uso. Y esas mascarillas de la vergüenza y la corrupción no sirven para nada ante el hongo del apocalipsis.