El ministro chino de Exteriores, Wang Yi, compareció durante la tradicional y abarrotada rueda de prensa con preguntas pactadas de antemano en el marco de la reunión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP).

En un repaso de una hora y media por la política exterior del gigante asiático, el jefe de la diplomacia china admitió que las relaciones con EEUU «han mejorado», pero pidió a Washington que «cumpla los compromisos pendientes» y le acusó de seguir teniendo «una percepción errónea sobre China» y «utilizando tretas» para «reprimir» a su país.

La UE tampoco se libró de reproches, pues para Wang la estrategia del bloque hacia China -basada en considerar a Pekín un socio, un competidor y un rival sistémico- no es «ni realista ni viable. Sólo crea obstáculos para las relaciones entre ambos lados», insistió, ya que «los intereses superan con creces las diferencias». Pekín y Bruselas deben basar su relación «en el multilateralismo» para «frenar cualquier intento de crear confrontaciones entre bloques».

UCRANIA Y GAZA

Las relaciones China-UE se han deteriorado tras la invasión rusa a Ucrania, que Pekín ha evitado condenar, o la investigación de Bruselas sobre los subsidios chinos a los coches eléctricos.

Sobre la guerra, Wang defendió la posición «objetiva e imparcial» de China, cuyo objetivo es «allanar el camino para poner fin al conflicto».

El ministro defendió la relación sino-rusa como «un nuevo paradigma de cooperación entre grandes potencias completamente diferente a la era de la Guerra Fría».

También insistió en que China «apoya la celebración, a su debido tiempo, de una conferencia internacional de paz que sea reconocida por Rusia y Ucrania».

Con argumentos similares se refirió al conflicto palestino-israelí que, a su juicio, solo puede solucionarse en la mesa de negociaciones y sobre el que Pekín también ha propuesto otra conferencia internacional. Wang respaldó el pleno reconocimiento de Palestina como Estado en las Naciones Unidas y la solución de los dos Estados para garantizar «la coexistencia pacífica». Recordó que las más de 100.000 vidas civiles perdidas en el conflicto, más de 30.000 en Gaza, son «una vergüenza para la civilización».

LOS FRENTES ASIÁTICOS

En el ámbito regional, el ministro advirtió de que «quien apoye la ‘independencia’ de Taiwán acabará abrasado por jugar con fuego», y tildó las últimas elecciones presidenciales taiwanesas como «unos comicios locales», cuyo resultado «no cambia en lo más mínimo el hecho básico de que Taiwán es parte de China, ni altera la tendencia histórica del retorno de Taiwán».

Sin salir de Asia, Wang confió en una «desescalada» de las tensiones en la península coreana, pero pidió rebajar «la presión» sobre Corea del Norte, país con el que China ha experimentado un acercamiento en meses recientes.

Apeló también al diálogo para zanjar las disputas territoriales en las estratégicas aguas del mar de China Meridional, que han tenido sus encontronazos más recientes con Filipinas.

«Pekín ha ejercido un alto grado de moderación a la hora de abordar estas disputas», sostuvo Wang, pero aseveró que China «tomará medidas» en el mar de China Meridional «para defender sus derechos conforme a la ley», al tiempo que rechazó «las intromisiones de países de fuera de la región», en velada referencia a Estados Unidos.