Natxo MATXIN
OSASUNA

El Girona finaliza con la racha de un cuadro rojillo bastante plano en ataque

La escuadra navarra cayó con todo merecimiento en Montilivi, donde dejó una imagen bastante plana que provocó que acabase su racha imbatida de las últimas cuatro jornadas. Con calidad y buenos movimientos, los locales justificaron su posición en la tabla.

Moncayola fue el que más cerca estuvo de anotar con un chut que buscó la escuadra.
Moncayola fue el que más cerca estuvo de anotar con un chut que buscó la escuadra. (Eddy KELELE | LOF)

Osasuna no hizo merecimientos para traerse nada positivo de Montilivi, donde dejó sensaciones bastante pobres, especialmente en ataque, ya que apenas generó peligro. Lo más cerca que estuvo del gol fue un intento de Moncayola por alojar el cuero en la escuadra que hubiera supuesto el empate a uno. El conjunto rojillo tampoco apareció en esas segundas partes en las que sube su rendimiento.

La escuadra navarra regresó a la disposición de los tres centrales para intentar cerrar los pases interiores del juego combinativo de su rival, pero la fórmula no pudo impedir que se adelantasen los locales. Previamente, un activo Budimir estuvo en un tris de controlar un buen balón dentro del área y una mala salida con la pelota de Herrera a punto le costó un disgusto, pero el remate final de Dovbik fue en claro fuera de juego.

No inició en posición antirreglamentaria Portu al filo del cuarto de hora, cuando consiguió filtrarse de manera sibilina entre Mojica y un recuperado Herrando para recibir una asistencia precisa de Tsygankov y anotar de tiro cruzado. Confiado en guarecerse atrás, Osasuna estaba permitiendo demasiado toque en tres cuartos a su adversario y lo acabó pagando.

A los de Arrasate les costaba ajustar la presión en la salida local con el esférico y la escuadra catalana llevó la iniciativa, hasta que mediada la primera parte, el bloque navarro comenzó a cogerle el tino al envite. Y generando alguna ocasión peligrosa, como un disparo raso de Mojica pegado al palo, pero, sobre todo, un envío de Moncayola que no encontró la escuadra por muy poco (m.38).

INEXISTENTE REACCIÓN

Tras el paso por vestuarios, se esperaba al Osasuna que suele subir el ritmo en la segunda parte, sobre todo al ver cómo presionó bastante más arriba en los primeros compases de ese periodo. Una actitud con la que robar en campo ajeno a la búsqueda del equilibrio en el marcador, pero no llegó ni lo uno ni lo otro. El Girona, con unos zagueros que saben salir con la pelota muy bien jugada, no se permitió error alguno.

Y eso desgastó el plan previsto en el descanso, hasta tal punto que el bloque rojillo estuvo a merced de lo que quisieron hacer los anfitriones, quienes fueron los únicos que generaron ocasiones claras hasta que terminaron por cerrar el choque en el tramo final. Dovbik quiso hacerlo ya en el 48, pero le pegó muy mal a la pelota y Blind estuvo a punto de conseguirlo, de no haber mediado la rápida intervención de Herrando para interceptar su remate.

Lo poco que llegó Osasuna por los costados no fraguó en nada. Escasos fueron los centros que tanto Areso como Mojica consiguieron poner con precisión en el área gerundense y, en esos casos, la zaga catalana estuvo muy atenta para cortocircuitarlos. Mientras tanto, el Girona siguió llevando mucho peligro, hasta el punto de que se necesitó de todos los reflejos de Herrera para evitar el 2-0 en un remate de cabeza casi a bocajarro de Dovbyk tras un corner.

Stuani protagonizó la siguiente en el 82, cuando creyendo estar en posición incorrecta -no fue así- y solo ante el meta rojillo la echó por encima del larguero. No tardó mucho en llegar la sentencia. Una pared entre Stuani e Iván Martín, que el bilbotarra se la devolvió de espuela, finalizó con el toque de puntera del brasileño al que solo pudo acompañar la mirada de Herrera. Resultado justo a la postre por lo visto en el césped.