Iratxe FRESNEDA
Investigadora audiovisual

Es una película bella que habla de los monstruos

Cómo pueden caber nuestros sentimientos de culpabilidad, la romantización de las relaciones sexuales y amorosas, la cultura de la violación y un largo etc., dentro de una película y que esta sea contradictoriamente preciosa? La clave está en “This is not a pretty picture” realizada en 1976 por una jovencísima directora llamada Martha Coolidge. En 1962, a los 16 años, un compañero de clase mayor que ella, violó a la realizadora norteamericana durante una fiesta. Doce años más tarde, la cineasta reprodujo la agresión y el contexto que la rodeó, desde la autorreferencialidad y aunando los recursos del cine de ficción y el documental. Coolidge puso el celuloide al servicio de la reflexión en torno a la cultura de los abusos sexuales y lo hizo desde una crudeza que convierte en una joya esta película capaz de llegar de forma honesta y certera hasta el espectador y remover su estómago. Alejada del sensacionalismo, la película invita a repensar el concepto del deseo sexual masculino ligado al poder mediante los ensayos con el elenco actoral previos a los rodajes. Todo lo que necesita estar en el encuadre está dentro y todo lo que necesitamos que se ausente desaparece. Al mismo tiempo, el fuera de campo de la película combinado con los primeros planos de la directora hace corpórea una experiencia dolorosa que se sana en este campo de pruebas y confrontaciones.