Beñat ZALDUA
IRUÑEA
ELECCIONES DEL 21A

EH Bildu podría ganar la contienda más reñida de los últimos años

EH Bildu está en disposición de ganar las elecciones al Parlamento de Gasteiz, según la encuesta de Aztiker, que detecta una progresiva concentración del voto entre los dos principales contendientes, la izquierda soberanista y el PNV. Los jeltzales empiezan a activar su voto, sobre todo en Bizkaia, pero la candidatura de Pello Otxandiano sigue creciendo a un ritmo parejo.

(GARA)

En escaños, pero también, quizá, en votos. La estimación electoral elaborada por Aztiker a partir de la encuesta realizada entre el 11 y el 18 de marzo otorga a EH Bildu el 34% de los votos y entre 28 y 30 escaños, mientras que deja al PNV con un 33,4% de las papeletas y entre 26 y 28 asientos en el Parlamento de Gasteiz. El sorpasso, según este sondeo, es posible.

A gran distancia se sitúa el PSE, con un 13,9% de los votos y entre 11 y 12 escaños, un resultado que deja en el aire la mayoría de la que ahora goza la coalición de Gobierno. La horquilla que obtendrían Imanol Pradales y Eneko Andueza se sitúa entre los 37 y los 40 parlamentarios, a ambos lados de los 38 que marcan la mayoría absoluta. Ahora suman 41.

Por contra, hay dos mayorías que se refuerzan. El polo soberanista obtendría entre 54 y 58 escaños -ahora son 52-, mientras que el polo de izquierdas sumaría entre 40 y 45 -ahora son 38-.

La fuerza tractora en ambas mayorías es la candidatura encabezada por Pello Otxandiano, que compensa la caída del PNV y, sobre todo, la de la izquierda confederal. La encuesta otorga entre uno y dos escaños a Sumar y sitúa a Elkarrekin Podemos a un paso de quedar sin representación.

En cuanto a la derecha española, el PP podría ganar un escaño más en Araba, llegando a los siete. A cambio, los votantes alaveses tienen en su mano dejar sin representación a la extrema derecha, ya que Vox podría perder su escaño.

CONCENTRACIÓN Y ACTIVACIÓN DEL VOTO

El vuelco que unos resultados así supondrían respecto al Parlamento actual son espectaculares, pero conviene recordar que es una encuesta, es decir, la fotografía de un momento concreto que puede variar en las próximas dos semanas. Pero este es el escenario en el que ayer a medianoche arrancó la campaña electoral más reñida de los últimos años en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Los sondeos ayudan también -y sobre todo- a detectar tendencias. En este caso, y en comparación con la encuesta realizada también por Aztiker el pasado mes de diciembre, además del impulso con el que llega EH Bildu, se registra una activación del voto -los que señalan que votarán «seguro» o «casi seguro» pasan del 81,2% al 85,1%- y una concentración del mismo entre los que emergen como los dos principales candidatos: Otxandiano y Pradales.

El PNV ha empezado a activar en mayor medida a sus votantes, movilizados quizá por la primera tanda de encuestas, que coincidieron, con sus matices, en apuntar hacia un empate técnico entre ambas formaciones. Esta activación se registra sobre todo en Bizkaia, tradicional feudo de los jeltzales. Sin embargo, este despertar no compensa de momento el empuje de EH Bildu, que crece en igual medida respecto a la encuesta de diciembre.

Se abre así un doble juego en el que Pradales no tiene fácil acertar. Azuzar el miedo a la izquierda independentista puede movilizar su voto, pero también seguir atrayendo a aquellos que, sin ser especialmente cercanos a EH Bildu, vean en Pello Otxandiano el vehículo para castigar al PNV.

DAÑOS COLATERALES

Esta concentración del voto frena parcialmente las expectativas de PSE y PP, cuya estimación de voto cae respecto a diciembre del 15,3% al 13,9%, y del 9,4% al 8,5%, respectivamente.

Pero la principal perjudicada es, sin duda, la izquierda confederal, si bien cabe achacar a su decisión de acudir por separado la principal responsabilidad por la posible bajada que tendrá el espacio político que llegó a ganar unas elecciones estatales en la CAV hace tan solo ocho años.

La encuesta de diciembre se realizó antes de que ambas candidaturas partiesen peras y anticipó una ligera pérdida en votos -del 8% al 7,7%- y el mantenimiento de los seis escaños. Por separado, sin embargo, Aztiker prevé un 3,1% de los votos y entre uno y dos escaños para Sumar, y un 3% para Elkarrekin Podemos, que luchará en Bizkaia por mantener representación.

FICHA TÉCNICA

La encuesta se realizó por procedimiento mixto (online y telefónico), con una muestra de 1.800 personas con derecho a voto (600 por herrialde). El error muestral es del 2,4%, con un 95,5% de confianza. El trabajo de campo se realizó entre el 11 y el 18 de marzo.

 

(GARA)
 

El electorado alavés decantará la balanza

Araba es el herrialde más disputado. Frente a las victorias prácticamente seguras del PNV en Bizkaia y de EH Bildu en Gipuzkoa, el territorio alavés se presenta más abierto. Con todo, la encuesta de Aztiker sugiere que EH Bildu podría imponerse con mayor holgura de la esperada, siguiendo el camino marcado por Rocío Vitero en las municipales de 2023. La bajada del PNV, que perdería un escaño, y la de la izquierda confederal –Elkarrekin Podemos desaparecería y Sumar obtendría su único escaño seguro– dan alas a la lista que en Araba encabeza el propio candidato a lehendakari, Pello Otxandiano. Es en Araba, por las características de su electorado, donde la irrupción de EH Bildu como una opción real para derrotar al PNV puede dar más réditos a la izquierda soberanista También podría haber movimientos en el seno de la derecha española, ya que el PP tiene en su mano obtener uno más, a costa probablemente de Vox y del aumento de la participación –en 2020 el escaño resultó francamente «barato»–. La extrema derecha podría desaparecer del Parlamento de Gasteiz, resultado en buena medida del vacío que el resto de partidos han sabido hacerle a lo largo de la anterior legislatura.

 

(GARA)

El PNV despierta en su feudo histórico

Es en Bizkaia donde se observa con mayor notoriedad la activación parcial del votante del PNV, ya que pasa del 33,9% de los votos de la encuesta de diciembre al 36,9%, lo que le permite recuperar asientos y quedarse a solo uno o dos de los que obtuvo en las elecciones de julio de 2020. Con todo, la previsible victoria jeltzale en su feudo no evitaría una importante pérdida de votos, ya que caería casi 6 puntos desde el 42,6% de hace cuatro años. Son, precisamente, los que ganaría EH Bildu, que recortaría distancias a un ritmo vertiginoso. Según el sondeo de Aztiker, los casi 20 puntos y seis escaños de diferencia de 2020 se convertirían ahora en seis puntos y dos escaños. Aunque Gipuzkoa catapulta a la izquierda soberanista, su victoria sería imposible sin la mejora que podría registrar en Bizkaia. El reparto de escaños, en cualquier caso, depende de lo que acabe ocurriendo con la izquierda confederal. El PSE está en disposición de ganar el cuarto asiento, pese a la discreta subida en votos, y se prevé que el PP repita sus dos parlamentarios. Los dos que obtuvo Elkarrekin Podemos cuatro años atrás, sin embargo, son una incógnita, ya que tanto los morados como Sumar podrían obtener a cada escaño o quedar sin representación. En el caso de la candidatura de Miren Gorrotxategi, además, supondría quedar fuera del Parlamento de Gasteiz.

 

(GARA)

Camino hacia la hegemonía en Gipuzkoa

Del mismo modo en el que el PNV ha basado las victorias de sus últimos años en mayorías aplastantes en Bizkaia, la hipotética victoria de EH Bildu el 21A se cimentaría en Gipuzkoa, que se consolidaría como feudo indiscutible de la izquierda soberanista, siguiendo la senda de la clara victoria obtenida por Maddalen Iriarte en las elecciones a Juntas de 2023. De hecho, las cifras se parecen más a las que históricamente ha registrado el PNV en Bizkaia que a las que se han dado en Gipuzkoa. En 2020, los jeltzales se impusieron por solo un punto, pero ahora perderían siete, hasta situarse en el 29,8% de los votos. La candidatura encabezada en este herrialde por Nerea Kortajarena, por contra, subiría seis puntos y escalaría hasta el 41,1%, abriendo una brecha de casi 12 puntos respecto a su competidor electoral. El consiguiente reparto de escaños refleja esta distancia, ya que EH Bildu obtendría 12 asientos –tres más que en la actualidad–, mientras que el PNV perdería uno o dos, quedándose con ocho o nueve electos. Parece que ese escaño que baila se lo podría jugar con el PSE, que aspira a mejorar su representación y lograr el cuarto parlamentario también en Gipuzkoa. El PP repetiría resultados y la izquierda confederal desaparecería del mapa, al apostar buena parte de sus electores por EH Bildu, vistas las desavenencias que han desembocado en la presentación de dos candidaturas separadas.