Raimundo FITERO
DE REOJO

Votos en el capacho

Sin remisión. Si todos suben menos PNV, que baja en escaños, Podemos que desaparece y Vox que se queda en el número primo por excelencia, junto a ese irreconocible Sumar. Por lo tanto, ¿dónde ponemos el umbral de la satisfacción, la incongruencia o el desvarío? Esas muestras de euforia en Sabino Etxea reproducen la sensación de alivio porque han logrado mantenerse con la caja. Ortuzar es el que habla, diagnostica, advierte, se regodea y decidirá las líneas generales del nuevo gobierno vasco que, presumiblemente, se formará con el PSE que sube dos escaños y que debería forzar algo para sacar al PNV de esa derechización económica malsana que está dejando Osakidetza maltrecha.

Ya me he adelantado a todos los acontecimientos del ritual de apareamiento. Sabemos tanto del rumor, que podemos aconsejar. EH Bildu tiene un lógico ataque de satisfacción por su resultado histórico, pero hay que estudiar bien los corrimientos de votos. Las observaciones superficiales pueden crear desenfoques que propicien la equivocación de estrategias por valoraciones subjetivas. El empate en escaños marca un tono en el debate. Difícil saber al día de la fecha en qué sentido. Da la sensación de que no se les ha quitado todavía el susto del cuerpo a muchos agentes políticos y mediáticos.

La cuestión era llenar el capacho de votos. Los datos son inexcusables. Lo extraño son los análisis posteriores. Y más con el inicio de dos comisiones en Senado y Congreso sobre corrupciones con mascarillas. Y el jueves se inicia oficialmente campaña en Catalunya. Aguántame el kalimotxo.