Raimundo FITERO
DE REOJO

Los mejores claveles

Una canción se convirtió en consigna para un acto encabezado por militares portugueses de graduación media que conocemos como la revolución de los claveles. Un símbolo. Terminó con una de las dictaduras más largas del continente. Anunció una transición, los uniformes se hicieron respetar, se emprendió un camino a la democracia. Fue un 25 de abril, y Vasco Lourenço, uno de los protagonistas de entonces, mirando la situación actual de Portugal hace una reflexión que hay que analizar, porque asegura que no cree que existan un millón de portugueses fascistas. Se refiere al auge de la extrema derecha de Chega que ha irrumpido de manera espectacular en el parlamento portugués.

Es una duda metodológica: todos los que votan a partidos que tienen evidentes, claros, obvios rasgos de actitudes xenófobas, homófobas, autoritarias con tintes negacionistas al salazarismo en Portugal o al franquismo en España, ¿votan de manera ideológica o emocional? Si se presentan a las elecciones, se sobrentiende que sus estatutos son constitucionales, pero la manera de plantear sus propuestas, su violencia verbal, el odio que transmiten en cada intervención, ¿no están en contra de cualquier análisis democrático de la realidad?

Es muy posible que no todos los votos a estos partidos sean por inspiración fascista, pero su apoyo significa una concordancia con las barbaridades que proponen. También puede suceder que, en este delirante espectáculo político, parte de la ciudadanía se deje llevar por el griterío y vote para fastidiar, sin entender la trascendencia.