Donald Trump manipuló las cuentas de su campaña electoral en 2016 para esconder los pagos de 130.000 dólares para comprar el silencio de una actriz porno con la que había tenido una relación; fue una de las claves de su victoria electoral. Los doce miembros del Tribunal de Manhattan consideraron por unanimidad probadas las 34 acusaciones, una por cada documento falsificado, contra el expresidente de EEUU

Durante las casi seis semanas de juicio, los testigos han relatado el entramado mediático de tabloides amarillistas construido para desprestigiar a los oponentes de Trump y «matar la historia» cuando algo pudiera erosionar su campaña. En octubre de 2016, la candidatura republicana estaba contra las cuerdas después de que saliesen los audios misóginos en los que Trump fanfarroneaba de «hacer lo que quiera» con las mujeres, «incluso agarrarlas por el coño».

Sabiendo que una historia más podría hundir por completo la campaña, Trump ordenó a su abogado Michael Cohen (el testigo clave de la acusación) que comprara el silencio de la actriz porno Stormy Daniels. Algo que no es ilegal, pero sí lo es manipular los documentos de los pagos para que no saliera a la luz lo ocurrido.

Una vez anunciado el veredicto de culpabilidad, el expresidente de EEUU es ya un delincuente convicto. La sentencia se conocerá el 11 de julio, para entonces ya se habrá celebrado el primer debate presidencial, y faltarán cuatro días para la convención republicana que, en principio, nominará oficialmente a Trump como candidato.

Ayer Donald Trump volvió a comparecer en Nueva York para denunciar «un juicio amañado». Llamó «tirano» al juez Juan Merchán y «corrupto» al fiscal Alvin Bragg, y confirmó que recurrirá la condena. En cualquier caso, el recurso se demorará meses o años, con lo que Trump será un candidato convicto durante, al menos, toda la campaña electoral.

Es improbable que Trump entre en la cárcel. Por su edad, 77 años, por ser su primer delito y porque tampoco es un delito violento. El expresidente también se enfrenta a otros tres casos que muchos consideran bastante más graves que el que le acaba de declarar culpable. Trump está acusado de intentar manipular el resultado electoral en Georgia, por su papel en el asalto al Congreso el 6 de enero de 2021 y de llevarse documentos secretos de la Casa Blanca a su mansión en Florida.

Sin embargo, la fecha de inicio de estos juicios se ha retrasado una y otra vez.

Incluso si alguno de ellos comenzara en los próximos meses, en caso de que la Corte Suprema declarara que la inmunidad presidencial no es absoluta, no podrían empezar antes de septiembre, con lo que difícilmente podría haber sentencia antes de las elecciones de noviembre. Eso sí, aunque Trump volviera a la Casa Blanca, no podría otorgarse un perdón presidencial por esta condena, ya que no ha sido un juzgado federal sino estatal de Nueva York el que lo ha declarado culpable.

La condena tampoco le impedirá ser candidato presidencial. Seguramente le servirá para reforzar su imagen como candidato perseguido entre los más leales al presidente.

Ayer Trump aseguró que minutos después de ser declarado culpable las donaciones a su candidatura se dispararon. Pero, aunque una gran mayoría de fieles sigan ciegamente al expresidente, la duda está en el otro sector conservador. Ahora mismo Trump tiene un control férreo sobre el Partido Republicano, pero para algunos, muchos o pocos, seguidores de la ley y el orden, no resultará fácil votar por un criminal convicto.