Dice el refrán que las segundas partes nunca fueron buenas; en este caso, tras varios cortos, spin-off-s y una precuela llega, la cuarta entrega, así que parece que poco queda ya que contar de la saga de los bichitos amarillos, o eso creía yo por lo menos: no reinventa la rueda, es un poco caótica y está lejos de su potencial, pero es muy entretenida y divertida.

Al igual que sus predecesoras, tiene una capacidad asombrosa para generar acción y humor a partes iguales, la película tiene un ritmo muy ágil y no aburre en ningún momento. Pasan cosas constantemente -si tienen niños, niñas o niñes menores de 4 años, tal vez, demasiadas para su capacidad de atención-, y Los Minions divierten con su humor más slapstick y hay ciertos gags que siguen funcionando muy bien. De la narrativa principal nacen otras subtramas, que hacen que la cinta tenga mucho dinamismo, pero no aportan demasiado ni permiten un mayor desarrollo de la historia o los personajes principales; es más, los hilos narrativos principales poseen potencial, pero a menudo quedan eclipsados por unas subtramas mucho más superficiales e innecesarias.

Hay una sensación constante de que el guion está un tanto desordenado y de que la trama principal se desarrolla a trompicones. La animación sigue siendo de mucha calidad, desborda creatividad, aunque bastante inferior a su compañera de animación de cartelera (‘‘Del Revés 2”), en ese sentido están a años luz. Hay varios guiños a otros personajes y películas de la cultura popular cómo “Spider-Man” o “Harry Potter” que se disfrutan mucho.

Es una continuación más que digna y una película perfecta para disfrutar en familia; aunque, insisto, creo que para los más pequeños es demasiado apabullante y optaría por algo más pausado y visualmente más sencillo.