Unas relaciones laborales con perfil propio
El Consejo de Relaciones Laborales de la CAV presentó ayer su informe anual y los datos a 31 de mayo del presente año. Destaca, en primer lugar, que el 58,3% de la población asalariada cuenta con un convenio actualizado. Es la cifra más alta desde la reforma de 2012, cuyo principal objetivo fue desmontar la negociación colectiva. Desde esta perspectiva es un hito importante, aunque no se puede olvidar que todavía cuatro de cada diez trabajadores no cuenten con un convenio renovado. Además, el convenio de casi cinco de cada cien asalariados ha caducado.
En la negociación colectiva de la CAV destaca el importante peso que tienen los convenios sectoriales, que amparan a prácticamente el 75% de los trabajadores; solamente un 25% está cubierto por un convenio de empresa. En ese sentido, también es importante reseñar que la mayoría de acuerdos han sido negociados en la CAV -afectan al 71,9% de los trabajadores-, mientras que los acuerdos cerrados en el ámbito estatal afectan a casi tres de cada diez asalariados. La importancia del marco de negociación se refleja, por ejemplo, en que el incremento salarial recogido en los convenios renovados este año en la CAV ha sido del 3,38%, por encima del IPC de 2023 que fue del 3,1%, con lo que los trabajadores han ganado poder adquisitivo. No ha ocurrido lo mismo con los negociados en el ámbito estatal con incidencia en la CAV, que se han quedado por debajo del incremento del coste de la vida, en el 2,84%. Y aunque la negociación colectiva alcanza al 92,4% de los asalariados, todavía hay unos 50.000 que trabajan en actividades sin convenio, de las que la mayoría son empleadas del hogar, unas 28.000. Un vacío que urge llenar.
Los largos periodos de negociación, 20 meses de media, dan buena muestra de que la confrontación entre el capital y el trabajo no es ficticia. Sin embargo, la memoria recoge que la conflictividad por huelgas ha descendido, posiblemente como consecuencia de los acuerdos cerrados en años anteriores. El informe muestra que la negociación colectiva sigue viva en Euskal Herria, tiene perfil propio y contribuye a mejorar las condiciones laborales y a hacer un país mejor.