Miles de manifestantes se congregaron ayer en distintas ciudades para protestar por los disturbios racistas que se han producido en los últimos días en varios lugares del territorio británico. La alerta era máxima desde primeras horas de la tarde a la espera del inicio de las nuevas movilizaciones convocadas por la extrema derecha en Inglaterra y norte de Irlanda en contra de los inmigrantes.

Ante las nuevas convocatorias de grupos de ultraderechistas para protestar frente a 30 centros de inmigración, miles de personas salieron a la calle en distintas ciudades para repudiar el racismo y la violencia que estalló hace una semana en Inglaterra y el norte de Irlanda.

Solo en el noroeste de Londres, miles de personas protestaron contra la violencia ultra de los últimos días.

También hubo movilizaciones antirracistas en Bristol, Brighton o Liverpool. En esta última ciudad, cientos de personas formaron un escudo humano alrededor de una iglesia amenazada por contener un centro de ayuda a inmigrantes, según medios británicos.

Las autoridades británicas pusieron en marcha un despliegue policial sin precedentes después de que durante el fin de semana los ultraderechistas provocaran graves incidentes y atacaran dos hoteles en los que se alojan solicitantes de asilo.

La violencia ultra se inició después de que un joven de 17 años nacido en Gales de padres ruandeses matara a tres niñas en Southport. Un bulo en las redes sociales afirmaba que el agresor era solicitante de asilo y eso sacó a la extrema derecha a las calles.

Los disturbios, hasta el momento, han concluido con la detención de 400 personas. Al menos seis personas fueron imputadas ayer por provocar «desórdenes violentos» en relación con los fuertes disturbios registrados el lunes en la ciudad de Plymouth, donde se produjeron enfrentamientos entre manifestantes de extrema derecha y policías. Entre los acusados, que debían comparecer ayer ante la Justicia, hay un adolescente de 17 años.