Acusaciones mutuas por el incendio sin peligro nuclear en Zaporiyia
Tanto la AIEA como el Ministerio ucraniano de Energía descartaron que existiera riesgo para la seguridad nuclear o que se hubieran emitido sustancias radiactivas a raíz del incendio y las explosiones registradas el domingo en la central atómica de Zaporiyia, en Ucrania. Ayer seguía sin aclararse el origen del fuego, en medio de acusaciones mutuas entre Kiev y Moscú.
Un incendio en la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa y controlada por las tropas rusas, es el último eslabón de la cadena de la espiral bélica en la región. La noticia la dio el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en un vídeo en el que se veía un gran fuego en la base de una de las torres de refrigeración de la central y una columna de denso humo negro elevándose de unas de ellas, pero las acusaciones mutuas entre las autoridades ucranianas y rusas no se hicieron esperar, mientras se descartaba que la seguridad nuclear estuviera en peligro.
La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) informó a última hora del domingo que, a pesar de haber observado un denso humo negro y de darse múltiples explosiones en la planta nuclear de Zaporiyia, no existía riesgo.
Un equipo de la AIEA estacionado en la central fue informado por las autoridades rusas que controlan la planta de un «presunto ataque con drones», que habría tenido como objetivo una de las dos torres de refrigeración de la planta.
A pesar del incidente, no se informó de impacto alguno en los seis reactores de la planta, apagados desde hace tiempo por motivos de seguridad, aunque deben ser enfriados de forma constante.
Los equipos de la AIEA verificaron los niveles de radiación en la zona y confirmaron que no han cambiado, lo que descarta cualquier peligro.
Con todo, el director general de la AIEA, Rafael Grossi, reiteró su preocupación por el riesgo que representan los «imprudentes» ataques militares en las proximidades de instalaciones nucleares. Y reiteró que cualquier acción militar contra la planta representa una violación de los principios establecidos por el Consejo de Seguridad.
CHANTAJE
Zelenski acusó a Rusia de iniciar un incendio en los terrenos de la planta, ocupada por el Ejército ruso poco después de febrero de 2022. Tanto él como el Ministerio de Energía aseguraron que el nivel de radiación es normal. Pero Zelenski añadió que «mientras terroristas rusos tengan ocupada la planta nuclear, la situación no es normal ni puede serlo. Desde el primer día de la ocupación, Rusia usa la planta nuclear para chantajear a Ucrania y a todo el mundo», por lo que instó a la comunidad internacional a exigir responsabilidades a Moscú.
La central de Zaporiyia, la más grande de Europa, se encuentra en Energodar, a lo largo del río Dniepr, que representa la línea del frente natural entre ambos países.
Ucrania y Rusia se culpan mutuamente por los ataques o actos de sabotaje en la planta. Rusia ha denunciado repetidamente ataques con drones ucranianos contra la planta.
«Como consecuencia de un bombardeo de la ciudad de Energodar (que acoge la planta nuclear) se originó un incendio en un componente del sistema de refrigeración de la central atómica de Zaporiyia», escribió en Telegram el gobernador local de obediencia rusa, Yevgueni Balitski.
El director ruso de la central nuclear de Zaporiyia, Yuri Chernichuk, denunció ayer que las fuerzas ucranianas estaban disparando con munición incendiaria sobre las inmediaciones de la central, lo que habría provocado nuevos incendios. E insistió en que ya lo hicieron hace dos semanas.
Putin cierra la puerta a la negociación con Kiev
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, cerró ayer la puerta a una hipotética negociación con Ucrania tras la invasión que comenzó hacer una semana en la región fronteriza rusa de Kursk, de donde prometió expulsar a las «fuerzas enemigas». Kiev, que sostiene que su idea es que «la guerra vuelva a Rusia», dice controlar ya 1000 km2 de territorio ruso.
Putin afirmó que con su acción Kiev pretende detener el avance de sus fuerzas en Lugansk y Donetsk, pero sostuvo que no solo no se ha frenado, sino que ha aumentado.
El gobernador de Kursk, Alexei Smirnov, admitió que el Ejército ucraniano controla ya 28 localidades, donde viven unas 2.000 personas cuya suerte se desconoce. Al cabo de siete días, más de 121.000 personas han sido evacuadas y hay 12 civiles muertos.
«La profundidad de penetración en el territorio de Kursk es de 12 km y el ancho es de 40 km», dijo Smirnov, que explicó que la dificultad radica en que «no hay una línea clara del frente, no hay comprensión de dónde se encuentran las unidades enemigas».
Putin dijo que «el enemigo seguirá tratando de desestabilizar la situación en la zona fronteriza» y alertó de que se puede dar cualquier escenario. GARA