«El secreto es que el quinteto suene como un solo instrumento»
Poco a poco, la Quincena Musical avanza y ya casi alcanzamos su ecuador. Algunos ciclos, como el de órgano, están a punto de terminar, mientras que otros, aún ni siquiera han comenzado. Este es el caso del Ciclo de Música Contemporánea. Lo abrirá hoy un quinteto de metales con una larga y extraordinaria trayectoria, Spanish Brass.
Un quinteto de metales casi parece más una diversión entre amigos que un proyecto musical serio y aquí están, 35 años después y al máximo nivel. ¿Cuál es el secreto?
Como bien dices, pasárselo bien. También es importante la amistad que nos une a los cinco miembros del grupo -de los cuales, cuatro llevamos en esto juntos desde el principio- y el respeto, para poder convivir estos 35 años lo mejor posible. Esos son los principales ingredientes. Y aunque un quinteto de metales no da la misma sensación de seriedad que un cuarteto de cuerda, tenemos que demostrar que sí, que somos una formación de cámara seria.
Hace más de 25 años que todos los miembros decidieron dejar sus trabajos en orquestas y conservatorios para dedicarse en exclusiva al quinteto. ¿Se han arrepentido alguna vez de esta decisión?
No, en absoluto. En 1998, inicialmente, pedimos una excedencia en nuestros trabajos; en 2001 se terminó esa excedencia y ahí llegó la decisión más importante que los cinco tomamos por intentar -y creo que lo hemos conseguido- vivir de hacer música de cámara full time. Fue una decisión muy difícil de tomar, pero hoy en día estamos muy felices de poder seguir dando lo mejor que tenemos con un quinteto de metales.
Abrirán el Ciclo de Música Contemporánea con un programa completamente actual, pero su repertorio abarca desde Bach hasta una obra de estreno. ¿En qué estilo se sienten más cómodos?
Intentamos estar cómodos en todos. De hecho, como higiene musical, intentamos abarcar el máximo de posibilidades con nuestra formación. Desde un principio, cuando empezamos con esto, intentamos abrir al máximo las posibilidades de una formación como la nuestra, no solo tocando el repertorio o las adaptaciones para quinteto de metales, sino crear nuevas experiencias como tocar con orquesta, o con un trío de jazz, hacer conciertos escolares o conciertos con coros… Y, efectivamente, el concierto de la Quincena consiste en una de las cosas que más nos gusta hacer, que es tocar música contemporánea escrita originalmente para quinteto de metales. Hay que recordar que la formación de quinteto de metales es relativamente reciente, existe desde mediados del siglo XIX y no tenemos tanto recorrido como puedan tener otras formaciones de música de cámara, por lo que para nosotros siempre ha sido muy importante poder crear nuevos repertorios para nuestra formación; desde nuestros comienzos hasta aquí, hemos estrenado más de 200 obras y, humildemente, hemos contribuido a que las futuras generaciones puedan tener un repertorio más amplio.
El público disfrutará de dos estrenos absolutos: uno de Félix Ibarrondo y otro de José Javier Peña Aguayo. ¿Qué se van a encontrar?
En el caso de Ibarrondo, es una obra que llegó a nosotros de manera casual. Es cierto que ya habíamos escuchado música de Ibarrondo escrita para otras formaciones y nos había atraído mucho su lenguaje, su forma de trabajar, las texturas, las dinámicas, la rítmica… así que nos pusimos en contacto con él y resultó que tenía escrita una obra para quinteto de metales que aún no había sido estrenada. Cuando mostramos interés por tocarla, nos la hizo llegar y, gracias a la Quincena, hemos encontrado el marco idóneo para hacer este estreno. Es una obra que utiliza texturas muy interesantes, rítmicas complejas y, sobre todo, un trabajo dinámico también muy notable.
En el caso de Peña Aguayo, es una obra que encargamos nosotros a José Javier. Tenemos la suerte de haber podido trabajar ya con él en otra obra que nos escribió para quinteto y orquesta. Él es de Puerto Rico y bebe mucho de la música boricua, y en esta obra, que se llama ‘Palladium modus’, tiene muchos ritmos latinos y de la música más tradicional portorriqueña.
¿Cómo se prepara un estreno absoluto? ¿Hay un trabajo conjunto entre creador e intérpretes?
En el caso de Ibarrondo, la distancia ha hecho imposible vernos antes del estreno, pero también es verdad que, cada día más, los escritores escriben muy claramente lo que quieren que se produzca en el escenario. Una de las filosofías de nuestro grupo es que trabajamos conjuntamente la partitura desde el inicio. Incluso nuestro trabajo técnico desde el calentamiento lo hacemos juntos y es, probablemente, el secreto de la calidad de Spanish Brass: intentar que el quinteto suene como un solo instrumento, como una sola voz. De ese modo, cuando nos enfrentamos a una nueva partitura, lo hacemos como si fuéramos una sola persona, y colaboramos todos en desgranar, compás a compás, lo que el compositor ha querido conseguir.
En el caso de Peña Aguayo sí que hemos tenido la suerte de poder estar con él en los comienzos de lectura de la partitura, pero es importante para nosotros que nos den libertad Luego la música va evolucionando con el tiempo, y no solamente con los ensayos, sino con los conciertos. Después del primer concierto ves cuáles han sido los errores o, incluso, qué hay que cambiar para la siguiente interpretación.
¿El público general sigue siendo reticente a la música contemporánea?
Hay mucha más información gracias a las redes sociales y a internet, existe una comunicación mucho más fluida y eso facilita la familiaridad con la música contemporánea. Obviamente, hoy en día hay mucha más información que cuando Stravinsky estrenó ‘La consagración de la Primavera’. Así todo, creo que es muy importante explicar y educar al público desde muy pequeños. Nosotros dedicamos parte de nuestro trabajo a hacer conciertos escolares y familiares, justamente para hacer llegar al público todos los estilos que abarca la mal llamada música clásica, incluyendo la contemporánea. Por otro lado, es importante que las instituciones, como en este caso la Quincena Musical, dediquen un ciclo a la música contemporánea para, poco a poco, durante los años, ir educando al público.
Ustedes tienen grabada una amplísima discografía -32 CDs, exactamente-. Ahora que el disco está perdiendo espacio frente a otros formatos digitales y que la forma de escuchar música es mucho más inmediata y ha cambiado tanto, ¿se plantean dejar de grabar discos y cambiar de soporte o formato, o van a seguir grabando discos para los clásicos?
Yo diría que somos románticos, más que clásicos (risas). Es evidente que ha cambiado mucho la forma de escuchar música. Los jóvenes escuchan de una forma mucho más inmediata, más efímera, pero creo que debemos seguir grabando discos; y no solo colgarlos en Spotify, sino que se queden físicamente, aunque sea de recuerdo. Y, sinceramente, nosotros seguimos vendiendo nuestros discos al final de los conciertos y, sorprendentemente, seguimos vendiendo bastante. Creo que el público, cuando viene a comprarte un disco, lo hace también para llevarse un poco de ti a su casa como recuerdo de lo que ha vivido durante ese concierto; estoy seguro de que esa persona que ha comprado el disco, si espera al día siguiente para ir a comprarlo a una gran superficie o, incluso, digitalmente, no lo va a hacer; en cambio, cuando sale del concierto y ha vivido una experiencia que le ha gustado, quiere llevarse una parte de ti, y esa parte es el disco, y por eso sigue funcionando. Eso no quita para que tengamos plataformas digitales, vídeos… pero a veces pienso en qué pasaría si desapareciera internet: nos quedaríamos sin muchas cosas que hemos dado por hecho que van a estar ahí para siempre. Esa parte romántica es importante seguir manteniéndola.
¿Cuál ha sido -o será- el principal evento conmemorativo, el que más ilusión les hace?
Teóricamente, hemos empezado en julio en nuestro festival SBalz, y ahí hemos hecho un primer concierto el 2 de julio donde reunimos algunos de nuestros espectáculos y estuvieron Chano Domínguez, Albert Guinovart, Carles Denia… y fue un concierto especial, pero tampoco queremos pensar que ese es el concierto de nuestro 35º aniversario, sino que este año o año y medio será un año especial para celebrar. Creo que hay que celebrar la vida todos los días, hay que celebrar que seguimos vivos como formación de música de cámara y hay que seguir trabajando para que la gente no se olvide de nosotros.