El Nuevo Frente Popular, dividido por la negociación con Macron
Tras el parón justificado por los Juegos Olímpicos de París, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha citado a los partidos el viernes para tratar de avanzar en la definición del Gobierno tras los resultados del 7 de julio. La izquierda, agrupada en la candidatura del Nuevo Frente Popular (NFP) ganó los comicios, pero sigue dividida. Mientras, Macron dilata los tiempos.
La coalición de la izquierda francesa volvió a evidenciar ayer las disensiones internas sobre cómo presionar al presidente, Emmanuel Macron, para que les permita formar Gobierno, como le vienen exigiendo desde hace un mes en función de los resultados del 7 de julio. La líder de los Ecologistas, Marine Tondelier, se desmarcó en dos entrevistas, primero a la emisora France Info y luego en BFMTV, de la iniciativa de La Francia Insumisa (LFI, el partido de Jean-Luc Mélenchon), que el domingo amenazó con lanzar un procedimiento de destitución de Macron si no nombra como primera ministra a la candidata del Nuevo Frente Popular (NFP), Lucie Castets.
«No es la línea de los ecologistas», precisó Tondelier cuando se le preguntó por esa iniciativa, que interpretó como la reacción de LFI al hecho de que «Emmanuel Macron se encierra» y no quiere admitir que en las elecciones legislativas celebradas hace mes y medio «los franceses dijeron muy claro que quieren una ruptura política con el macronismo». Para la líder ecologista, «los insumisos reaccionan a su manera» al proponer ese procedimiento de destitución, que sólo para activarse necesitaría al menos contar con el apoyo de todos los partidos del NFP y con al menos dos tercios del Parlamento para salir adelante.
No obstante, Tondelier quiso quitar importancia a sus diferencias con LFI e insistió en que el verdadero problema es Macron, que no acepta que el 73% de los votantes de las legislativas optaron por opciones diferentes a la suya, cuando en realidad tendría que haber sacado ya las consecuencias de eso con un cambio de Gobierno.
No sólo los Ecologistas se han desmarcado de la amenaza de LFI de lanzar un procedimiento de destitución, dentro del NFP, sino también los otros componentes de la coalición de izquierdas. El primer secretario del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, ya puntualizó el domingo que no comparte esa estrategia y que si no se está de acuerdo con la persona que el presidente francés decida nombrar primer ministro, la respuesta tiene que ser presentar una moción de censura contra el nuevo Gobierno.
El secretario nacional del Partido Comunista Francés (PCF), Fabien Roussel, fue más directo y se quejó de la actitud del partido de Mélenchon: «La cuestión ahora no es amenazar con destituir al presidente de la República. La prioridad no es crear una crisis institucional». Para el líder comunista, LFI con esa maniobra se orienta a las próximas presidenciales, algo que, a su juicio, no toca.
Pese a esas críticas de sus socios, el coordinador de LFI, Manuel Bompard, afirmó ayer en una entrevista a la emisora RTL que el procedimiento de destitución «es una posibilidad creíble» para avisar al presidente Macron de que, si no nombra a Castets, «utilizaremos los medios constitucionales a nuestra disposición para derrocarlo».
MACRON CITA A LOS LÍDERES POLÍTICOS EL VIERNES
Todos estos movimientos se explican porque el jefe del Estado ha convocado el próximo viernes a los jefes de los grupos parlamentarios para que vayan a discutir sucesivamente con él con vistas a la búsqueda de un nuevo Gobierno.