La adaptación al medio es algo vital para sobrevivir, y, en ocasiones, ese aprovechamiento de lo que se tiene a mano da como resultado algo fabuloso. Es lo que sucedió a mediados del siglo XIX en Bohemia, donde un maestro cervecero se propuso superar el nivel de las cerveza lager de Baviera con agua y productos locales y de su iniciativa nació la cerveza pilsen.

La alquimia se produjo en la ciudad de Plzen, o Pilsen, que en la actualidad pertenece a la República Checa. Allá, en 1842 Josef Groll montó una cooperativa local y consiguió producir una cerveza lager dorada y transparente como no se había visto antes.

El éxito fue inmediato y su prestigio se extendió por todo el mundo, hasta convertirse en la cerveza de la familia lager que hoy más se consume. Llama la atención por su color dorado cristalino, cuerpo ligero y textura suave. Es refrescante y fácil de beber, con buen equilibrio entre el dulzor de la malta y el amargor del lúpulo.

La cervecera artesanal Baias prepara en Urkabustaiz, Gorbeialdea, la pilsen Eko, hecha con productos procedentes de la agricultura ecológica. Es una cerveza refrescante y suave de 5º premiada en la Barcelona Beer Challenge de 2018.

En Paternain, Brew & Roll tiene su Urederra, otra excelente opción de estilo checo muy refrescante y fácil de beber, con un toque de lúpulo tradicional centroeuropeo, sabores maltosos a pan con un amargor de cierta potencia que equilibra el resultado. Gorka IKATZA