NORA FRANCO MADARIAGA
Elkarrizketa
Franck-Emmanuel Comte
Director musical de «Folia» y de Le Concert de l’Hostel Dieu

«El arte y la cultura son una fuente de esperanza»

La compañía de danza Käfig presenta hoy dentro de la Quincena Musical de Donostia ‘‘Folia’’, un crisol de ideas y disciplinas artística en los que la modernidad se ensambla con lo clásico, combinando música barroca en directo con diversos tipos de urban dance. Uno de los creadores musicales de esta idea es Franck-Emmanuel Comte.

(Julie CHERKI)

Una vez superado el hito de la ‘‘Missa Solemnis’, la siguiente cita de Quincena en el Kursaal es ‘‘Folia’’, un espectáculo donde la compañía de danza Käfig presenta hoy un crisol de ideas y disciplinas artística en los que la modernidad se ensambla con lo clásico, combinando música barroca en directo con diversos tipos de urban dance. Uno de los creadores musicales de esta idea es Franck-Emmanuel Comte, quien dirigirá al grupo instrumental barroco Le Concert de l’Hostel Dieu en directo durante el espectáculo. Además, en un escenario más habitual, la formación con Comte al frente ofrecerá mañana en el Museo San Telmo dentro del ciclo de Música Antigua un interesante programa dedicado a la música compuesta por mujeres.

Música del siglo XVII desde dos abordajes completamente distintos -«Folia» y «Barroco femenino»-, pero ambos con una visión del siglo XXI. ¿Está la música barroca de actualidad?

¡Por supuesto que está de actualidad! La música barroca nos habla de nuestra humanidad, en toda su diversidad, con sus fortalezas y debilidades. ‘‘Folia’’ nos conecta con la parte coreográfica de la música barroca, pero también con su parte de folia, de locura, con el sentido de la sinrazón: la humanidad que maltrata el planeta. ‘‘Barroco femenino’’ nos conecta con el genio femenino, en su rechazo y reciente aceptación. Dos temas muy diferentes, pero que están, en efecto, plenamente de actualidad.

Uno de los objetivos de Le Concert de l’Hostel Dieu es transmitir valores de igualdad. ¿Es el programa de Barroco femenino fruto de esta vocación?

En realidad, no, no se trata de igualdad porque en este programa no hay absolutamente ningún compositor masculino (guiño). Se trata más bien de dar a conocer música poco conocida, en este caso la de compositoras, pero como lo hacemos también con sus colegas masculinos. Me parece importante sobre todo explorar constantemente nuevos repertorios, obras inéditas y no grabadas, e invitar al público a estar constantemente alerta y atento a nuevas propuestas musicales.

Es innegable que siempre ha existido el talento femenino, pero siempre ha estado relegado y escondido, cuando no prohibido. ¿Ha sido difícil reunir este repertorio? ¿Cómo se ha llevado a cabo este trabajo de recuperación?

En este programa tocamos música de compositoras italianas y francesas. En cuanto a la parte italiana, hemos buscado nosotros mismos los manuscritos en diversas bibliotecas italianas, lo que resulta fácil desde hace algunos años ya que todos los manuscritos -o casi todos- están digitalizados. Para la parte francesa, hemos colaborado con el Centro de Música Barroca de Versalles, con quien hemos editado las partituras de este programa y muchos otros. Así que ahora el fruto de este programa está accesible para todos gracias a las ediciones de CMBV; esta es nuestra contribución a un mejor conocimiento del talento de estas artistas femeninas.

Pese al esfuerzo de rescate, valorización y visibilización de las compositoras que se está llevando a cabo desde diferentes ámbitos e instituciones, aún son muy poco conocidas. ¿Cómo describiría la música de estas autoras? ¿Tienen alguna característica común?

Personalmente, observo una diferencia entre las compositoras italianas y las francesas: encuentro que el talento de las italianas se diferencia más del de sus colegas masculinos que en el caso de las francesas, quienes, por el contrario, buscan más ‘‘imitar’’ el estilo de los compositores. Hay un lado más ‘‘rebelde’’, innovador y disruptivo entre las italianas. Una artista como Barbara Strozzi es muy moderna, sus escritura armónica y melódica puede parecer más libre que la de sus contemporáneos. De manera más general, tengo la intuición de que el trabajo de ciertas artistas femeninas destaca por su mayor creatividad, porque, al final, al no poder albergar ninguna esperanza de una verdadera carrera, no buscan agradar. Ellas componen según su inspiración.

En el otro espectáculo de Quincena en el que colabora, «Folia», de la Compagnie Käfig, la música barroca de danza se encuentra con el urban dance más contemporáneo. ¿Cómo sería más correcto definir este encuentro: choque o fusión?

Es claramente una fusión. No hemos buscado oponer mundos distintos, el del barroco con el del hip hop, o el de la música con el de la danza, sino más bien construir una armonía entre las estéticas y las disciplinas. El hilo conductor es la búsqueda de una poesía visual y sonora que se nutra del talento de cada uno.

¿Cómo ha sido la colaboración con el coreógrafo Mourad Merzouki y el realizador sonoro Grégoire Durrande para la creación de este proyecto?

Estuvimos buscando juntos durante los seis meses que duró el período creativo cómo crear esta armonía. Lo hicimos a través de múltiples pruebas y ensayos, con la búsqueda de un equilibrio entre los elementos escenográficos y musicales establecidos por Mourad o por mí mismo y una gran parte de libertad y de improvisación dejada a cada intérprete. Al final, el espectáculo es el fruto de un trabajo colectivo que, poco a poco, a encontrado su propio ritmo y expresión.

Este exitoso espectáculo, además de multidisciplinar, tiene un carácter que traspasa culturas, fronteras y edades. ¿Cómo consiguen contentar a todos? ¿Cuál es el truco?

Bueno, de hecho, yo creo que no intentamos complacer a todos en absoluto. Yo diría que es el feliz resultado de un trabajo de creación que, al final, atrae a un público muy amplio. Pero debo admitir que nosotros mismos estamos bastante sorprendidos porque, al principio del proyecto, la única consigna que nos pusimos fue una forma de exigencia artística, incluyendo elementos retóricos y poéticos, con el solo objetivo de seguir nuestro instinto.

Entre los valores que fomentan ustedes están la igualdad, de la que ya hemos hablado, la atención a la diversidad, claramente palpable en «Folia», y también la conciencia medioambiental. ¿Cómo integra esta necesidad una formación musical como Le Concert de l’Hostel Dieu?

Nos esforzamos por racionalizar nuestros desplazamientos y promover dinámicas de gira. Por ejemplo, estos días venimos al País Vasco para dar cuatro conciertos, combinando dos representaciones de ‘‘Folia’’ y otros dos conciertos de ‘‘Barroco femenino’’, y no para un único ‘‘one shot’’. Viajamos básicamente en tren y en furgoneta, no en avión; estamos abiertos a cualquier formato de alojamiento colectivo o privado… Intentamos ser ‘‘frugales’’ en todo lo relacionado con comidas y catering, alojamiento y desplazamientos. Y luego, cuando podemos, construimos proyectos alrededor del tema del desarrollo sostenible. Éste es el caso de ‘‘Folia’’, que evoca el tema de la locura, la locura de los hombres que maltratan el planeta. El espectáculo comienza con una pintura que evoca un mundo enfermo, triste y gris, y a lo largo de la representación vuelven la alegría y el color, a través de la danza y la música. Podemos ver un mensaje: el arte y la cultura son, al final, una fuente de esperanza.